esa otra que soy yoesa otra que soy yo

26/1/08

requiem [poemas]

Las personas somos así. O tal vez estoy generalizando, y sea yo el único desastre que hace las cosas cuando ya es demasiado tarde. El caso es que los tributos, las reseñas, las alabanzas, a aquellos a los que admiramos, de los que aprendemos, a quiénes secretamente idolatramos, las hacemos siempre a título póstumo, cuando ya no hay a quién entregárselas, cuando sólo queda una extraña mezcla de pena por el vacío que dejan y de alegría por la belleza de su legado.

Con todo, aunque sea tarde, sirva uno de mis poemas favoritos de Ángel González para que todo el que me lea sepa que a él le debo también mi canto.


Reflexión primera · Ángel González (1926 - 2008)
Despertar para encontrarme esto:
la vida así dispuesta,
el cielo turbio, la lluvia
que lame los cristales.

Abrir los ojos para ver lo mismo,
poner el cuerpo en marcha
para andar lo mismo,
comenzar a vivir, pero sabiendo
el fracaso final de la hora última.

Si esto es la vida, Dios,
si éste es tu obsequio,
te doy las gracias -gracias- y te digo:
Guárdalo para ti y para tus ángeles.

Me hace daño la luz con que me alumbras,
me enloquece tú música de pájaros,
pesa tu cielo demasiado,
oprime, aplasta, bajo y gris
como una losa.

Todo está bien, lo sé.
Tu orden se cumple.
Pero alguien
envenenó las fuentes
de mi vida, y mi corazón
es pasión inútil, odio ciego,
amor desorbitado,
crisol donde se funden
contrariedades con contradicciones.

Y mi voluntad sigue, inútilmente,
empeñada en la lucha más terrible:
vivir lo mismo que si tú existieras.

1 comentario:

alkerme dijo...

...
Me hace daño la luz con que me alumbras,
me enloquece tú música de pájaros,
....
Y mi voluntad sigue, inútilmente,
empeñada en la lucha más terrible:
vivir lo mismo que si tú existieras.

Precioso poema.
Grandes ausencias.

Gracias.