esa otra que soy yoesa otra que soy yo

29/6/11

el encuentro [ficciones]

Cuando llegó, la puerta estaba entreabierta y la casa en silencio. Entró con todo el sigilo que le permitió su grado de excitación en esos momentos y cerró la puerta tras de sí. Sus ojos tardaron unos segundos en acostumbrarse a la penumbra de la vivienda. Tan pronto como lo hicieron, comenzó a caminar lentamente por el pasillo. Su voz llamándole desde la habitación le indicó el camino. Sobre la cama, ella le esperaba, con una sonrisa pícara en los ojos.
_Creí que no llegarías nunca. Date prisa, mi abuela no tardará en volver del Bingo_ dijo mientras abría la capa roja que la cubría, dejando al descubierto su piel blanca y sus formas apenas insinuadas. El lobo no lo dudó y se abalanzó sobre ella.

17/6/11

nosotras [poemas]

Porque la vida a veces te pone barreras,
porque siempre en el camino encuentras piedras,
porque anulan tu sexo,
porque niegan tu voto,
porque te obligan a rendir obediencia.
Y tú, luchas.

Con tus dientes,
con tus entrañas,
con tu sonrisa.
con tu vagina.
Tú, luchas.

Eres madre sin hijos.
Eres hija sin madre.
Amante sin amor.
Princesa sin corona.

Eres dama, eres puta, eres señora.
Eres eso, y eres más.
Eres persona.

Eres cada una de las mujeres,
que habla sin voz a través de una lágrima.

Eres cada una de las mujeres,
que llora sin lágrimas a través de un grito.

Eres ellas. Eres yo. Eres nosotras.

Eres todo lo que se esconde
tras la palabra femenina.

Eres orgullo y eres mujer.

Y eres, también eres, cada uno de los hombres
que lucha por nuestra lucha,
cuando mira de frente a una de nosotras.

13/6/11

vencer al gris [mis cosas]

Ves los años pasar en tus manos, en la comisura de tu boca, en torno a tus ojos, en tus resacas, que cada domingo duelen más, en tus rutinas, que cada día parecen más aburridas. Pero ahí no duelen demasiado los años. Ahí sólo es necesario imprimir más fuerza a lo que haces, poner el acento en otras cualidades que no sean sólo físicas, o vivir siempre buscando nuevas alegrías.

Los años duelen cuando te roban la magia. Cuando dejas de intentar luchar por cambiar lo que no entiendes, lo que es injusto. Cuando el gris de la ciudad se te mete en las entrañas y tiñe también tu alma del color de la ceniza. Cuando la impotencia le gana la batalla a tus ganas. Cuando comienzas a pensar que la vida es tan injusta que no se merece que la sigas sonriendo...

Y ese es un dolor insoportable. Y no hay palabras que te ayuden, ni mano en el hombro que calme tu pena. Estás solo con tu dolor. Puedes abandonarte a él hasta que cese, hasta que el gris te anestesie de tal forma que deje de doler. O puedes luchar. Luchar aún sabiendo que es imposible. Luchar aún con la certeza de que la batalla está ya perdida. Luchar siempre con tu mejor sonrisa.

El que sepa leerte, sabrá que tras esas lágrimas, se esconde un abismo de dolor y una sonrisa.