esa otra que soy yoesa otra que soy yo

19/3/13

sucede que no me canso de ser mujer [mi actualidad]

Hoy no he seleccionado una noticia. En medio del camino de la vida, como Dante se encontró en un obscuro bosque, yo me he encontrado en la presentación de un libro de Toti Martínez de Lezea. Y me ha sacudido más que toda la información que me sobrepasa a diario. Esta madrugada, a partir de las 01:00h en La Noche Despierta de Radio Euskadi hablamos de mujeres.

ENCUENTRO CON TOTI MARTÍNEZ DE LEZEA. Con motivo de la celebración del día internacional de la mujer.

Toti Martínez de Lezea, compartirá las vidas de las mujeres de su última publicación Mareas, 35 historias, 35 mujeres, 35 pueblos de la costa vasca, desde Baiona a Muskiz, a lo largo de veinte siglos.

"He conservado la herencia de los antepasados mientras mis hombres desaparecían en busca de la ballena, embarcados en la aventura, o inmersos en guerras ajenas. He mantenido la hacienda familiar; me he ocupado de la casa, de los hijos, los ancianos, los enfermos, las huertas y los animales. He sido arrinconada y alejada de las fuentes del saber y, no obstante, he transmitido la lengua, la palabra, el aprendizaje no escrito, las creencias, la tradición. He trabajado durante toda mi vida, y he preservado y legado lo mejor de mí misma."

[Fuente:  http://www.ekonomista.org/portal/noticias/noticiasficha.asp?idioma=C&id=320&pzona=5&idopcion=11]

Resulta que yo no había escuchado nunca hablar a Toti Martínez de Lezea, ni apenas leído nada suyo. Resulta que yo no me considero una mujer especialmente feminista. Y resulta que ayer fui a una charla de Toti Martínez de Lezea enmarcada en las celebraciones por el día internacional de la mujer _que fue el 8 de marzo, pero que debería ser todos los días_. Y salí con el corazón emocionado, la mente inquieta y con todas las mujeres que hay dentro de mi pugnando por salir y reivindicarse.

En estos días de revolución de salón, de proclamas repetidas en el mundo virtual que no se materializan en el real cuando hay que salir y mojarse y exigir y votar, en estos días grises que nos hemos hecho vivir _porque no nos han tocado_, escuchar a alguien que ama lo que hace, lo que es, que lo defiende y lo razona, que lo vive y lo comparte, es revelador.

Toti ha publicado recientemente Mareas, un libro de relatos protagonizados por mujeres de distintas épocas en la costa vasca. Un alegato novelado para poner a la mujer en la historia. Para contarla con voz propia. Para reclamar el espacio y la relevancia que tradicionalmente han tenido, pero que una historia contada por hombres y para hombres, les han negado.

En este sentido, tras la presentación del libro y la lectura de algunos fragmentos _y yo oyéndola como un niño mira por primera vez a un mago_, Toti repasó el pensamiento de varias, de muchas, de demasiadas, figuras influyentes en nuestra sociedad desde el año 500 a.C. hasta nuestros días. 2500 años de reiterados ninguneos, desprecios, ataques, agresiones, a la mujer, por el mero hecho de serlo.

Desde Confucio (“Tal es la estupidez del carácter de la mujer que en todas las cuestiones le incumbe desconfiar de sí misma y obedecer al marido”), hasta Einstein (“La mujer, está donde le corresponde. Millones de años de evolución no se han equivocado, pues la naturaleza tiene la capacidad de corregir sus propios defectos”), pasando por Aristóteles (“La hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades"), o Rousseau (“La primera y más importante cualidad de una mujer es la dulzura (…) Debe aprender a someterse sin quejarse al tratamiento injusto y las ofensas de su marido.”). Y la triste lista sigue. La propia Toti la recoge en su blog. Desolador. Inadmisible.

Y no es que una sea muy guerrera, ni quiera la supremacía de la hembra, ni ser como un hombre con tetas, ni el matriarcado definitivo. No, no digo que seamos mejores, que tengamos mejores cualidades, que debamos reinar. Digo que somos iguales. O tan distintas como puede serlo un hombre de otro. Los habrá fuertes y débiles, inteligentes e imbéciles con todas sus letras, emocionales y racionales... Y las habrá. Las habremos también de la misma forma.

Dicen que la historia la escriben los que ganan las batallas. En ésta no tenemos que ganar; tenemos que quedar en tablas. Y escribirla juntos. Y la escribiremos.


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