esa otra que soy yoesa otra que soy yo

10/6/14

sin ella [ficciones]

Me quedé petrificada cuando la vi de nuevo. Desde luego era ella, la de siempre, pero el tiempo la había pasado por encima sin piedad. La sonrisa con la que tanto soñé entonces, apenas era una mueca ahora. Aquel brillo en la mirada se parecía más a una lágrima a punto de caer que a la vitalidad de los días de vino y rosas. El pelo cano, enmarañado, el cuerpo lúgubre y encogido sobre su bastón. Era ella, sin duda, y lo dudaba al verla.

La culpa vino a mí, casi al momento. Pasaron ante mí, fugaces, todos los momentos de mi vida en los que me despreocupé de su suerte. De cuando en cuando pensaba en ella, es cierto, pero la pensaba lejana y feliz, lozana y despreocupada como siempre solía ser. Al fin y al cabo, la suerte me sonreía sin ella. Yo era feliz.

El pánico sobrevino a la culpa. Quizá fuese demasiado tarde. Me entraron las prisas. Me urgía volver a tenerla y ser felices juntos como deberíamos haberlo sido siempre. ¿Cómo no pude darme cuenta de que la perdía? ¿En qué momento olvidé lo importante que era para mí?

Me miró en silencio largamente y se alejó renqueando, sin decir palabra. Y aquí estoy desde entonces, dispuesta a recuperarla de nuevo. Dicen que los imposibles sólo lo son hasta que alguien los consigue llevar a cabo. La recuperaré. Y ya nunca más dejaré que nada ni nadie me la arrebate. Al fin y al cabo, ella no tiene la culpa; Libertad no se merecía un final así.