esa otra que soy yoesa otra que soy yo

23/4/21

«A pesar de la lluvia» en Libreramente

Anunciar en el día del libro la presentación del mío en una librería me parece un sueño. Hay una bola negra dentro de mí que atasca las palabras cuando intento contarlo. Pero es real. Porque ya hay fecha. Hay lugar. Y hay mucha ilusión y mucha emoción en el pequeño evento que estamos preparando. Con la ayuda de Enya de Libreramente, y al calor de ese rincón tan precioso que ha creado en su librería, el 8 de mayo leeré algunos de mis poemas y compartiremos fotografías de mi fotopoemario «A pesar de la lluvia».

Las plazas serán muy limitadas, debido a la pandemia. Para inscribirse, hay que mandar un email a libreria.libreramente@gmail.com. Será una presentación pequeña, pero estamos poniendo todo el corazón en que sea grande para quienes queráis acompañarnos.


Algunas fotografías y poemas de «A pesar de la lluvia» están ya expuestas en la librería durante todo el mes. Si no conocéis Libreramente, estáis tardando en acercaros. La exposición no sé, la librería seguro os va a encantar.




22/4/21

«Humo», de José Ovejero [mis lecturas]

«Humo»
José Ovejero
Editorial Galaxia Gutenberg
144 páginas
Imagina un bordado delicado representando una escena horrenda. Imagina pasar los dedos por el hilo. Sentir el tacto suave. Disfrutar de la precisión, del buen hacer, de la belleza, de cada puntada. Y olvidarte por un momento de la escena que representa. Parpadear entonces, alejar rápidamente tus manos del bordado, coger distancia y observar la escena: Ver tu ciudad en llamas sin saber por qué arde. Notar cómo crece en ti el desasosiego, el vértigo de una realidad asfixiante, una suerte de desesperanza que de pronto te atenaza. Imagina querer alejarte y aún así volver. Acercar de nuevo tu mano. Estremecerte con el nuevo contacto. Cerrar los ojos y sentir algo parecido a la felicidad más primigenia. Mientras el humo te rodea.

Magistral. Esa es la palabra que invadió mi mente al cerrar el libro. Lo empecé sin haber leído siquiera su sinopsis, sólo conducida por la recomendación de mi librera de confianza y su sugerente portada. La brevedad y ambigüedad del título tampoco daban más información. Una vez acabado, tampoco puedo explicar completamente su trama. Ovejero plantea unos personajes complejos en un escenario aún más complejo, con aparente sencillez, y los enfrenta a la violencia de la vida, sin compasión. «Humo» es un bordado delicado representando una escena horrenda. Me ha dolido leerlo. Me ha hecho feliz.

19/4/21

«Memoria de chica», de Annie Ernaux [mis lecturas]

«Memoria de chica»
Annie Ernaux
Editorial Cabaret Voltarire
208 páginas
Hay lecturas a las que me obligo. Esta ha sido una de ellas. No ha sido mi primera vez con Annie Ernaux. El primer libro suyo que cayó en mis manos, «El uso de la foto», por una acertada recomendación de Iñigo Larroque, me fascinó. Más por lo que contaba y por la deliciosa combinación de fotografías y textos para articular el relato, que por cómo lo contaba. Todo el libro es una gran performance en la que Ernaux se desnuda y enseña su intimidad sin pudor.

Animada por esa primera experiencia, leí sobre la autora y decidí que debía seguir leyéndola. Comencé «La mujer helada» y me quedé como el título. Me perdía en la narración, me aburría. Aunque lo tenía todo para engancharme (la temática, la autora, desde dónde escribe…), acabé abandonando a mitad del libro.

Cuando en el Club de lectura propusieron «Memoria de chica» me alegré. Pensé que con «La mujer helada» habría elegido mal entre tantos volúmenes publicados por Ernaux y que esta vez sí, si lo proponían, sería porque éste era uno de sus mejores libros. Es probable que lo sea. Es probable que el problema radique en mí. Lo he leído como quien hace los deberes de Literatura del colegio, más como algo que debía hacer, que como algo que estuviese disfrutando. 

He ido avanzando en el libro con la esperanza de cogerle el truco, engancharme de pronto y disfrutarlo, pero no ha sido así. Me ha costado mucho más tiempo del que debería, dada su breve extensión, terminarlo y cuando al fin lo he hecho, he sentido alivio.

He agradecido la trama, lo que cuenta, la forma de exponer su vulnerabilidad, he conectado con ella no sólo de mujer a mujer, sino entre mujeres de una condición social determinada. Hay memoria compartida ahí, y me quedo con la reflexión posterior sobre mis propias vivencias que el relato de las de Ernaux me ha provocado.

Es necesario que las mujeres escribamos, desde el punto exacto en el que ella lo hace. Sin imposturas. Pero desde luego, no he conectado con su manera de escribir. O no era mi momento para Ernaux. Quizá como ella, pasado el tiempo y con nuevas lecturas en mi haber, no reconozca a mi yo de 2021 escribiendo esto.