esa otra que soy yoesa otra que soy yo

22/11/20

Fotopoemario «A pesar de la lluvia»

Es real. Huele a libro. Tiene el tacto de un libro. Se siente como un libro. Es mi libro. «A pesar de la lluvia» se quedó en un cajón en 2017, justo después de dar por cerrada la selección de fotografías y poemas que lo compondrían. Adopté un hijo, después un segundo, perdí a mi padre. Y sobre todo, tuve miedo. De mostrarme demasiado. De no ser suficiente. Dejé de pensar en ello. Cerré el cajón.

Y llegó una pandemia mundial. Y quizá porque el miedo se hizo tan grande, mis miedos me parecieron pequeños. Me sorprendí a mí misma explicando en la imprenta cómo quería exactamente que fuese, y respondiendo sin dudar a cada decisión de diseño que había que tomar. Y un libro es un montón de decisiones.

Y de pronto, un día tenía una caja llena de libros, de mis libros, en las manos y no me atrevía a abrirla. Corrí por el pasillo, salté, volví a correr, y finalmente, me detuve frente a ella y me asomé como quien se asoma a un abismo. Pero no caí.

Cada detalle imaginado, cada decisión tomada, estaban allí, eran reales. Lloré, reí, dejé el libro sobre una mesa y me alejé de nuevo, pasillo arriba, pasillo abajo. Volvió el miedo. A mostrarme demasiado. A no ser suficiente. Pero ya no pude dejar de pensar en ello. Ya no quiero dejar de pensar en ello. La caja de Pandora está abierta. Espero que os emocione tanto como a mí.

Más información: https://foto.esaotra.es/publicaciones


21/11/20

«A pesar de la lluvia» a la luz de las velas

Como una pequeña bola de nieve que una hace sólo con la intención de jugar. Y la echa a rodar. Y la bola rueda y rueda, y se hace cada vez más y más grande. Y una corre detrás, viéndola crecer, divertida a ratos, a ratos asustada por si su propia bola de nieve la arrolla...

Desnudarse ante el papel o tras la cámara de fotos es sencillo. Ponerse en pie ante el público de un museo y mostrar lo que haces... Ese desnudo no lo es tanto. Pero la bola de nieve ha rodado hasta aquí. Este sábado 21 de noviembre leeré algunos de mis poemas de «A pesar de la lluvia», junto a Miren Agur Meabe. en el Museo de Reproducciones Artísticas de Bilbao. Espero que no me arrolle...


21/10/20

libídine [fotografía]

«Mi cuerpo desnudo y azul
y sobre el lienzo sus manchas.»

El 2 de marzo me llegó el anuncio de que se suspendía la Semana de Humanidades, organizada por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, debido a la «situación epidemiológica». Tenía para entonces esta imagen producida en dos piezas grandes, listas para ser colgadas en la Sociedad Bilbaina, y no sospechaba lo que vendría después. La pandemia se extendió y paralizó no sólo este evento, sino nuestras vidas enteras. 

Pero la vida siempre se empeña en seguir su curso, y nosotras nos empeñamos en seguir viviéndola. Ahora que el arte y la cultura han demostrado ser más que nunca necesarios para nuestra estabilidad emocional y nuestra salud mental, hay que reivindicarlos como nunca. Si ha de ser con mascarilla y distancia que así sea. Si ha de ser con exposiciones virtuales, también.

Así, esta fotografía de la serie «Libídine» sigue envuelta en papel de burbujas en mi casa, esperando una pared, pero mientras tanto participa en la XLVII Semana de Humanidades del 19 a 22 de octubre, en una exposición virtual que puedes ver aquí.



29/9/20

«A pesar de la lluvia» en el Museo de Reproducciones Artísticas de Bilbao [fotografía]

A la luz de las velas. Así fue como conocí el Museo de Reproducciones Artísticas de Bilbao hace ya unos cuantos años. Recorrer las galerías de la antigua iglesia neogótica que alberga el museo entre luces y sombras me sobrecogió. Desde entonces recomiendo visitarlo siempre que tengo ocasión. Lo que nunca imaginé, ni entonces ni ahora, es que mi fotografía y mi poesía se expondrían en sus paredes.

Una selección de mi proyecto «A pesar de la lluvia» formará parte de la exposición «20 cuerpos 20 artistas», comisariada por Fidel Díez Mesa, que se podrá visitar en el museo del 1 de octubre de 2020 al 31 de enero de 2021.

No esperaba exponer en un museo, menos aún en uno tan especial; la inauguración tampoco será como esperaba: No habrá vinos, risas, amigas, abrazos. Habrá aforo limitado, hidrogel, mascarillas, maldita distancia social. Pero celebraremos, «a pesar de la lluvia», haber llegado hasta aquí.

Celebra,
ahora,
aquí,
conmigo,
celebra que estamos vivos.

9/9/20

«Los monstruos» en BAFFEST [fotografía]

Vivimos tiempos muy inciertos, en los que el miedo _el real, el que ataca en el centro de nuestra vulnerabilidad_ está más presente que nunca. Y pese a todo, seguimos haciendo y disfrutando de la Fotografía. Y pese a todo, nos ponemos una mascarilla, nos lavamos las manos y participamos en Festivales... 

«Vivir»
No se puede ser completamente feliz con miedo.
Y nadie que haya vivido lo suficiente,
amado y perdido,
puede vivir sin tenerlo.
Qué putada.

Hoy se ha presentando la exposición retrospectiva «Crear. Revelar. Equilibrar.» organizada por BAFFEST en colaboración con Emakunde, como antesala de la V edición del Festival, en la que participo con una imagen de «Los monstruos». Se podrá visitar en el Parque de los Hermanos de Barakaldo entre el 9 y el 30 de Septiembre. Estoy feliz de volver a las calles con Fotografía, aunque tras la máscara se esconda el miedo... Volveremos a volar...



3/3/20

lo sensato [poemas]

Y qué,
si no me pasa nada más que la vida,
que a veces,
siempre,
no es a veces,
es siempre,
siempre es demasiado intensa.
Y qué,
si sé que para que deje de doler
hay que bajar el volumen,
no ceder a la tristeza,
relativizar,
lo bueno,
relativizar,
lo malo.
Relativizar.
Observarlo todo tamizado
por el filtro de la indolencia.
Caminar en equilibrio
sobre el filo del gris.
Quién quiere vivir así.
Yo.
Acabo de anunciarlo.
A mi terapeuta le ha parecido sensato:
Pedir ayudar,
evitar caer,
centrarme en lo necesario,
trabajo,
familia,
pagar la hipoteca,
la vida adulta y sus urgencias.
Priorizar la importante,
anestesiada,
en la dulce calma de la química.
Y qué,
si mi cerebro no la fabrica.
Y qué,
si no funciona como el resto.
Y qué,
si no relativiza.
Y qué,
si a veces necesito caer
y no recibir consejos
ni bálsamos
ni cuerdas.
Tan sólo quiero dejar de buscar la razón,
aceptarme así,
permanecer
junto a quien pueda asomarse al abismo,
y dejarme saltar,
confiando en que, al fin, no lo haré.
No escuchar la vida sola a este volumen atronador.