La felicidad es ese momento
en el que somos calma efímera
tras la batalla.
Tu mano deslizándose por mi espalda.
Mi lengua recorriendo tu boca entreabierta.
El Sol escapándose hacia nuevos días.
El viento desordenando las cortinas.
Nuestro olor manchando las sábanas.
Seamos siempre este fotograma.
Esta foto en sepia de la vida sin prisa,
de los problemas al otro lado de la ventana,
de este rodar a veces suave y a veces intenso,
de este sábado cálido de noviembre
donde fuimos sólo dos y fuimos el mundo entero.
12/11/11
8/11/11
momentos extraños [poemas]
Días extraños
los que paso sin ti.
Sin tus buenos días sin palabras,
sin nuestro silencio compartido,
sin nuestras dos cucharas
removiendo a la vez
el café de los lunes,
la sopa de las noches frías,
la rutina templada.
Noches extrañas
en las que despierta mi cuerpo y me faltas.
En las que me falta tu aliento,
tu calor y tu olor,
tus manos sabias,
tu voz conduciendo mi deseo,
tu respiración acelerando mi calma,
tu mirada buscando mi mirada.
Momentos extraños.
Y, sin embargo,
todo sigue adelante,
y hay otras risas,
otras miradas,
otra vida posible,
otras ganas.
Pero todas me hablan de tu recuerdo.
Porque hasta que no llegue a ti
sé que no llegaré a casa.
2/11/11
recordarme en ti [poemas]
Tal vez seremos algún día no muy lejano
recuerdos borrosos que no se recuerdan,
vanos intentos de la memoria por volver
al tiempo que somos ahora,
jóvenes y bellos,
amantes desnudos viviendo el momento.
No recordaremos quizá esa caricia
que me regalas cada noche y que eriza mi pelo.
La mente ingrata no sabrá
que nos amamos y nos odiamos,
que hicimos el mundo nuestro,
que gritamos en mitad del Ebro,
que escalamos montañas en Bolivia,
que jugamos como niños en Perú,
que corrimos por Nueva York,
que caminamos por Pompeya,
que atravesamos en góndola Venecia,
que nos escondimos tras las gárgolas de Milán,
que escribimos postales desde Inglaterra,
que miramos más allá del Ganges,
que nos besamos sin aliento en los Andes,
que soñamos con el África negra,
con molinos rojos en París
y con el futuro en Latinoamérica.
No recordaremos
que amontonamos recuerdos,
que soñamos libres,
que fuimos eternos.
Esa es mi carga y mi condena.
Ese es mi miedo:
Mirarte un día a los ojos
y no recordarme en ellos.
recuerdos borrosos que no se recuerdan,
vanos intentos de la memoria por volver
al tiempo que somos ahora,
jóvenes y bellos,
amantes desnudos viviendo el momento.
No recordaremos quizá esa caricia
que me regalas cada noche y que eriza mi pelo.
La mente ingrata no sabrá
que nos amamos y nos odiamos,
que hicimos el mundo nuestro,
que gritamos en mitad del Ebro,
que escalamos montañas en Bolivia,
que jugamos como niños en Perú,
que corrimos por Nueva York,
que caminamos por Pompeya,
que atravesamos en góndola Venecia,
que nos escondimos tras las gárgolas de Milán,
que escribimos postales desde Inglaterra,
que miramos más allá del Ganges,
que nos besamos sin aliento en los Andes,
que soñamos con el África negra,
con molinos rojos en París
y con el futuro en Latinoamérica.
No recordaremos
que amontonamos recuerdos,
que soñamos libres,
que fuimos eternos.
Esa es mi carga y mi condena.
Ese es mi miedo:
Mirarte un día a los ojos
y no recordarme en ellos.
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