esa otra que soy yoesa otra que soy yo

18/8/14

yo soy yo y mis miedos [mis cosas]

Tengo tendencia a actuar por impulsos, a querer de más, a llorar de menos. A hacer demasiado ruido cuando me imponen silencio. Soy demasiado mayor para llegar a casa de día y sigo bailando hasta que amanece cada noche que me invita a apostar la vida. Tomo más copas que decisiones importantes. Esas se encargan de tomarme a mí. Siempre hay un teléfono que acaba sonando. Una factura por pagar. Una visita sin flores al hospital. Una mirada desafiante a una cruz que no responde en cada funeral. Y el miedo a estar completamente equivocada. Y a estar en lo cierto. Me calzo las zapatillas y salgo a correr, yo que me escondía en clase de gimnasia. Hago las maletas otra vez. Me paro ante cualquier ventana abierta. Todo momento es bueno para planear otra huída. Para desoír la voz de lo correcto. Sólo quiero otro baile, otra carrera, otro viaje, otro salto al vacío que me deje sin aliento. Ni siquiera depende de ti y de tu mano mintiendo sobre un futuro en el que nunca me dejarás caer. Depende de mí y de mi miedo. Cualquier día le miro a los ojos y este caos que soy se ordena. Como si hiciese falta. Como si me fuera a atrever.

2/8/14

santander music festival 2014 · día tres [fotografía]

El primer grupo de la noche jugaba en casa y supo aprovechar la ventaja. Desde las primeras filas, los seguidores de Templeton exhortaban sin éxito a la formación cántabra para que entonasen Bacon frito, uno de los temas de la serie de animación Hora de Aventuras en la que colaboran. Buen rollo desde el inicio del concierto que se tradujo en buena música. Comenzó a llover con los primeros acordes pero el ambiente debió ahuyentarla y las nubes desaparecieron para el resto del festival. Con temas clásicos y muchos de su último álbum, Rosi, Templeton ofreció un concierto más que respetable.



Tras Templeton, en la carpa de la playa, Miqui Puig DJ daba rienda suelta a los deseos de los aficionados al baile ochentero. Alaska y los Pegamoides y su Quiero ser un bote de colón es un buen ejemplo de lo que sonó en los interludios de los conciertos principales. Música divertida y muy bailable, que los más veteranos disfrutaron de lo lindo.



Cuando Sidonie hizo su aparición en el escenario, con la bandera canadiense de fondo, el recinto estaba ya abarrotado. Día grande en el festival y grande su concierto. Marc Ros no dudó en flanquear la barrera que lo separaba del público y cantar Un día de mierda a hombros de un compañero entre los cientos de personas que se agolpaban a su alrededor intentando corear lo más cerca posible del cantante.



Miqui Puig DJ tuvo que alargar su sesión por problemas técnicos que impidieron a Glass Animals comenzar a la hora programada. A los que continuaban bailando en la carpa de la playa al ritmo del DJ no pareció importarles, pero en la zona del escenario principal la situación se tensaba por momentos. Una vez más, el buen rollo que ha predominado en el festival hizo su aparición y los bailes y olas se sucedieron entre el público que acabó afrontando con sentido del humor la demora. También lo hicieron los ingleses, que se afanaban en el escenario en la puesta a punto de instrumentos y micros para poder empezar. Finalmente empezaron, pero no en las mejores condiciones. Quien no conociese el grupo de antemano, puede haberse llevado de ellos una impresión equivocada porque el sonido durante los cincuenta minutos que duró la actuación dejó mucho que desear, acoples constantes que llegaban a ser realmente incómodos en algunos momentos.



Con el retraso acumulado, la legión de seguidores de Vetusta Morla estaba impaciente. Esta vez se desplazaron menos personas a la carpa de la playa a ver a Miqui Puig DJ de cerca; la mayoría prefirieron escucharlo de fondo para asegurarse un buen sitio durante el concierto de los madrileños. A las dos de la madrugada comenzaba el show, con el aforo más grande del festival. La deriva fue el éxito que viene siendo cada vez que Vetusta Morla lo presenta en un escenario. Público entregadísimo, al mismo nivel que la banda, en especial de su enérgico cantante, que no dejó de moverse ni un segundo desde el comienzo al final del concierto.



El festival se cerró con la actuación fantasma de Sexy Sadie. Fantasma porque, como ellos mismos alegaron, aunque estaban dando un concierto, son un grupo inexistente desde 2006, fecha en la que decidieron disolver la banda, para pena de muchos. Todos sus temas fueron clásicos por cuestiones obvias, pero su rock sonó más que vivo e hicieron vibrar a todos los que se quedaron tras la actuación de Vetusta Morla. Cerraban así un festival que ha demostrado que la apuesta por grupos nacionales es segura. Un año de espera se va a hacer muy largo hasta el Santander Music 2015.



Todas las fotos del Festival en Flickr: Santander Music 2014.
Crónica publicada inicialmente en Check Ocio.

1/8/14

santander music festival 2014 · día dos [fotografía]

Este año cumplen 20 en el mundo de la música, y se nota. La habitación roja conseguía congregar frente al escenario a una legión de seguidores desde primera hora. No sólo hacen música, sino que la disfrutan salvajemente. Jorge, la voz cantante de este quinteto valenciano, no dudó en bajar al foso para acercarse al cada vez más número público y gritar, más que cantar, con ellos, puño en alto, algunas de sus canciones. Entre sus clásicos, Indestructibles o el Eje del mal fueron las más aplaudidas. Con la guitarra de Jorge lanzada contra la batería; así pusieron punto final a cincuenta intensos minutos de La habitación roja en estado puro. Citando al propio Jorge, “hay otro grupos, quizá mejores, pero no son La habitación roja”.



La campa del festival se llenó a mitad de concierto de ponchos de colores. La lluvia amenazaba con deslucir la noche, pero la cosa no pasó de las amenazas, y poco rato después los chubasqueros se convertían en improvisadas toallas sobre la hierba cuando llegaban los momentos de recobrar fuerzas. EME DJ cogió el testigo tras la actuación de LHR, pinchando música en el escenario de la playa. En los sucesivos descansos, la DJ de Monforte sería la encargada de dinamizar a los asistentes. Desde versiones de Michael Jackson a temas míticos como The rythm of the nigth, pasando por Daft Punk. Marta Fierro, aka EME DJ, se encargó de que los descansos entre conciertos no lo fueran tanto.



Uno de los momentos álgidos de la noche llegaba en torno a las 22:30, cuando Love of Lesbian hacía su aparición en el escenario entre el espeso humo de una bengala y la irreverencia al micrófono de Santi Balmes. Fueron muchos los que, como auténticos fans de John Boy, esperaban desde primera hora de la tarde para ocupar las primeras filas en el concierto. A pesar de los problemas técnicos con la proyección, el desparpajo de la banda en general, y de Santi en particular, hicieron vibrar a toda la campa. Buena acogida para temas nuevos como Manifiesto delirista y entrega absoluta para los clásicos, como Algunas Plantas o Me amo, con paseo hasta la torre de sonido incluido del guitarrista convertido en hombre rana. Aunque en cuanto a afinación no fuese su mejor concierto, el ambiente fue inmejorable. Coreando Fantástico cerraron la actuación, despidiendo al grupo hasta 2016. Desde luego, una fantástica despedida.



Quizá por la hora, quizá porque muchos necesitaban recuperar el aliento tras la intensidad de los dos primeros pases, el público se dividió durante el concierto de Archie Bronson Outfit entre quienes lo dieron todo brazos en alto en las primeras filas y quienes prefirieron escucharlo desde la campa, tomando algo mientras disfrutaban del rock de la banda londinense.



Un batería que canta no es algo usual, como tampoco lo es la propuesta de El columpio asesino, que en su último trabajo apuesta por la disonancia de sonidos como forma de revelarse con la situación actual de la sociedad. Ballenas muertas en San Sabastián sonó en el escenario con mucha fuerza, bajo la mirada atenta del numeroso público congregado. Un público que enloqueció literalmente cuando los pamploneses entonaron su éxito Toro. Buena ejecución, buen ambiente y pasión sobre el escenario y un auditorio que respondió con la misma pasión. De agradecer.



La seriedad que transmitían sus trajes y sus facciones no se correspondió con lo que 2 Many DJs provocaron en la pista de baile en la que se convirtió la campa del recinto durante el último concierto de la noche. Desde su mesa de mezclas, los belgas empezaron a ganarse el favor del público rápidamente; explosión de manos en alto y saltos tan pronto como hicieron reverberar en la península de la Magdalena a Chimo Bayo o MGMT. La noche acabó, aunque en distintos registros, como había comenzado, enérgica.



Todas las fotos del Festival en Flickr: Santander Music 2014.
Crónica publicada inicialmente en Check Ocio.