La Mesa del Congreso subvenciona el 'gin-tonic' a señorías e invitados: sólo costará 3,45 euros
[Fuente: http://www.elconfidencial.com/espana/2013/05/28/la-mesa-del-congreso-subvenciona-el-gintonic-a-senorias-e-invitados-solo-costara-345-euros--121824/]
Dice Jesús Posada, presidente del Congreso, que no saquemos "las cosas de quicio", que "no hay cambios porque, como han funcionado bien, las cosas se mantienen en las mismas condiciones". Quizá es que este señor, como muchos otros con los que comparte barra de bar subvencionada, lleva tanto tiempo dentro del microcosmos del Congreso, que no ha percibido lo que pasa fuera, en el mundo real. En ese mundo tan real en el que no sólo los precios son otros, sino que cada vez son más las personas que no pueden pagarlos.
No sé si es falta de empatía, de solidaridad, de decencia o simplemente tener los cojones literalmente cuadrados, la razón que provoca que nuestros Diputados puedan ignorar como lo hacen a aquellos a quienes representan. Estoy esperando que alguno, tras unos cuantos cubatas de esos que pagamos a escote entre todos, salga a la ventana a gritar a los que rodean el Congreso "que coman pasteles!".
Y eso que, en parte, tiene razón Posada. Esto no es nada nuevo. La única diferencia es que ahora conocemos los datos y nos escuecen como sal en la herida de la crisis. La única diferencia es que pretenden seguir con las mismas posibilidades que hasta la fecha, mientras nos recriminan que nosotros hemos vivido sobre las nuestras. Mientras fusilan día tras día nuestro Estado del Bienestar _o lo que queda de él_ esgrimiendo que hacen lo necesario para que salgamos adelante.
No estarán haciendo lo necesario _ni lo correcto_ para salir de la crisis mientras esté más subvencionado el menú de un Diputado, con su sueldo, que la comida de un niño en un colegio público, o la de un enfermo en un hospital. No lo estarán haciendo mientras sigan tomando cubatas baratos y decisiones que nos salen demasiado caras al resto. Mientras sigan ofreciéndonos política de garrafón y dolores de cabeza.
Quizá haya que tomar de una vez por todas el Congreso, para que dejen de tomar combinados a nuestra costa, pero, sobre todo, para que nos dejen de tomar el pelo.
No sé si es falta de empatía, de solidaridad, de decencia o simplemente tener los cojones literalmente cuadrados, la razón que provoca que nuestros Diputados puedan ignorar como lo hacen a aquellos a quienes representan. Estoy esperando que alguno, tras unos cuantos cubatas de esos que pagamos a escote entre todos, salga a la ventana a gritar a los que rodean el Congreso "que coman pasteles!".
Y eso que, en parte, tiene razón Posada. Esto no es nada nuevo. La única diferencia es que ahora conocemos los datos y nos escuecen como sal en la herida de la crisis. La única diferencia es que pretenden seguir con las mismas posibilidades que hasta la fecha, mientras nos recriminan que nosotros hemos vivido sobre las nuestras. Mientras fusilan día tras día nuestro Estado del Bienestar _o lo que queda de él_ esgrimiendo que hacen lo necesario para que salgamos adelante.
No estarán haciendo lo necesario _ni lo correcto_ para salir de la crisis mientras esté más subvencionado el menú de un Diputado, con su sueldo, que la comida de un niño en un colegio público, o la de un enfermo en un hospital. No lo estarán haciendo mientras sigan tomando cubatas baratos y decisiones que nos salen demasiado caras al resto. Mientras sigan ofreciéndonos política de garrafón y dolores de cabeza.
Quizá haya que tomar de una vez por todas el Congreso, para que dejen de tomar combinados a nuestra costa, pero, sobre todo, para que nos dejen de tomar el pelo.
Cubatas de marca para políticos de garrafón.
— Gerardo Tecé (@gerardotc) 28 de mayo de 2013
_Nos tomamos la primera en el Congreso y luego ya vamos a Berskha, que tienen mejor música.
— esaotra (@esaotra) 28 de mayo de 2013