esa otra que soy yoesa otra que soy yo

25/1/15

la torre loizaga #visitablogger

Salimos de viaje y enseguida preparamos una lista de todo lo que hay que visitar en el lugar al que vamos. Nos documentamos, leemos la historia de los monumentos, conocemos el entorno... Hasta el último pedrusco sin relevancia mencionado en las guías de viaje acaba inmortalizado en nuestra cámara de fotos. Y sin embargo, muchas veces lo que nos queda cerca de casa se queda sin nuestra atención. Aunque lo que tengamos cerca de casa sea una verdadera joya. 

Esto me ha pasado con la Torre Loizaga. Imperdonable. Pero la suerte ha estado de mi lado, y me ha llevado a visitarla este fin de semana, gracias a la organización de GetxoBlog y a la hospitalidad de María López Tapia de la Vía, sobrina de Miguel de la Vía, a quién le debemos la recuperación de esta torre de defensa del siglo XIV, y las joyas que alberga: Una colección de coches antiguos y clásicos, reconocida como una de las mejores colecciones privadas del mundo.

La Torre Loizaga está en Galdames, en el impresionante marco natural de las Encartaciones, a 30 km. de Bilbao, y se puede visitar los domingos y festivos de 10:00 a 15:00 horas. Si vienes de fuera, es una visita más que recomendable; si eres de aquí, diría que obligada. Y lo digo entonando el mea culpa por haber tardado tanto tiempo en visitarla... No será mi última visita.


14/1/15

tu calma [poemas]

La soledad que devuelven los espejos,
la tristeza que vomitan los diarios,
el tedio de los días de lluvia con paraguas,
esta indiferencia que se lamenta pero no cambia...
Como una sombra negra en las entrañas.

La cabeza que no para,
el qué vendrá después,
el cómo haremos frente a la desgracia,
los porqués que cortan como una daga...
Y esta sombra negra extendiéndose como una plaga.

Se enredan unas noches con otras,
los días se empañan,
ya no sé si el tiempo va demasiado deprisa,
o se estanca...
Y entonces, tu calma.

Tu calma,
como una bandera blanca en el campo de batalla,
como la mano al borde del precipicio,
como el norte de todos mis mapas.

6/1/15

mes dos · 2/2 · #12Fotos12Historias [fotografía / ficciones]


La sorpresa

Había estado ya antes en aquella ciudad milenaria.

Era consciente de que a lo largo de los siglos miles y miles de personas habían recorrido kilómetros y kilómetros en busca de aquellas calles, de aquellos escalones, en busca de redención, en busca de paz, aunque no era algo que hubiera pensado mucho.

Pero cuando recibió la respuesta a aquel mensaje al que llevaba tanto tiempo dándole vueltas, aquel mensaje que había estado tantas veces a punto de enviar antes de decidirse finalmente a hacerlo, aquel mensaje del que no sabía si recibiría respuesta, trastabilló mientras bajaba aquellas escaleras con la sorpresa.

Y eso que lo que no sabía, lo que no podía imaginar, era que ese mensaje y esa respuesta marcaban el inicio de su particular camino hacia encontrar una paz que hacía mucho tiempo que no sentía.

Sin saberlo ni buscarlo, se había convertido en un peregrino más en aquella ciudad milenaria.

Fotografía: Asun Martinez Ezketa [Esaotra]
Texto: Javier Pedreira [Wicho]

2/1/15

mes dos · 1/2 · #12Fotos12Historias [fotografía / ficciones]


La pérdida

Estaba sentado de espaldas a la puerta de la cocina, cabizbajo, el pelo ligeramente revuelto, la bata de cuadros fuertemente anudada alrededor de una cintura demasiado estrecha para la altura que se le asumía. No se giró cuando entraron. Tampoco al oír su nombre. Cuando le ayudaron a incorporarse, simplemente giró su cabeza e hizo una mueca que no logró corresponder con ningún sentimiento. La mirada vacía cuando sus ojos coincidieron. Su compañero le ayudó a salir de la cocina y después de la casa. Él se quedó aún un rato más observando la escena desplegada sobre la mesa, mientras oía sus pasos alejarse escaleras abajo. Una vida en imágenes de bordes raídos y nombres desgastados por la memoria. Se imaginó a sí mismo ordenando sus recuerdos, en un intento desesperado por retenerlos como hacía aquel hombre. Aquellos álbumes no eran los suyos, pero se reconocía en ellos. Se estremeció. Instintivamente dirigió su mano a la cartera donde llevaba las fotos de su mujer y sus hijos. Lamentó no llevar ninguna de sus padres. Estaba pensando en ponerle remedio a eso cuando la voz de su compañero desde la puerta lo devolvió a la realidad. Echó un último vistazo a las fotos. Quizá de todas las pérdidas, la de la memoria es la peor, pensó, puta vida. Giró sobre sus pies, apretó los dientes y se dispuso a ejecutar el desahucio.

Fotografía: Javier Pedreira [Wicho]
Texto: Asun Martinez Ezketa [Esaotra]