esa otra que soy yoesa otra que soy yo

26/12/10

el peso del tiempo [mis cosas]

Otro año que se agota. Toca hacer balance. Y no puedo. Me pesan demasiado los recuerdos. Todo lo que somos es lo que hemos vivido. Cada decisión que hemos tomado. Cada camino que hemos seguido. Es difícil mirar a tu pasado frente a frente y no juzgar, no caer en la tentación de querer cambiarlo en algunos casos o de desear volver a él en otros, aún sabiendo que sólo es una versión idealizada de tu mente.

Hay que coger fuerzas en esos casos para huir de ese 'cualquier tiempo pasado fue mejor', para no abandonarse a la melancolía de pensar en los que ya no están o los que están lejos, y seguir mirando al futuro por los que todavía luchan a tu lado en la trinchera. Y hay que ser fuerte en los otros, para no torturarse por las decisiones incorrectas, por las palabras no dichas, por los olvidos, por las peleas...

Puedo recordar Perú y los niños que dejé atrás con su vida y su tragedia... Puedo recordar Bolivia... Puedo recordar el viaje que no hice a Marruecos y que se convirtió en otro a India y Nepal... Puedo recordarla a ella, que decidió tener otra vida... O a él, que no pudo tenerla... Puedo recordar cada paso que he dado en la dirección correcta... Y cada paso que me ha alejado del camino...

Me pesan demasiado los recuerdos. No haré balance. O tal vez ya lo haya hecho. Soy y estoy, por cada instante que he vivido. Y seguiré viviendo con todas mis fuerzas, aunque cada año me pese un poco más el tiempo, aunque tenga que andar y desandar el camino...

14/12/10

extraños [mis cosas]

Ayer, de camino a una reunión de trabajo, vi cómo un hombre se caía en la calle. Por instinto, corrí hacia él. Como había bastante distancia entre los dos, mientras me acercaba me dio tiempo a pensar qué haría cuando llegase hasta él... Estaba tendido boca-abajo, ¿intentaría girarle?, ¿levantarle?... Pasaron sólo segundos, pero en ese tiempo me asaltó el miedo. Ese miedo infranqueable que separa a dos extraños; ese miedo que nos envuelve en una burbuja imaginaria que no se traspasa... Tu espacio. Mi espacio. Los extraños no entran en mi círculo.

Justo cuando llegué hasta él, que seguía tendido en el suelo, bajo la lluvía, otro hombre llegó también corriendo. Lo rodeó con sus brazos, lo giró, le preguntó cómo estaba. Yo miraba atenta, cerca pero lejos, dentro de mi burbuja. El hombre parecía aturdido, perdido... Mientras el otro hombre le ayudaba a incorporarse, yo me encargaba de coger su maletín, de llamar a una ambulancia, de gestionar el miedo... Ayudando desde dentro de mi burbuja.

Cuando la ambulancia se lo llevó y me despedí del otro hombre, el que lo había levantado y el que le había hablado muy cerquita y con mucho tacto hasta que vinieron los sanitarios, le di las gracias. El hombre me miró perplejo y preguntó por qué, si nada tenía que ver yo con el otro hombre, le daba las gracias. Le dije que se las daba por ser así, porque si algún día me sucedía algo similar estando sola, me gustaría que me encontrase alguien como él. Sonrió y nos despedimos.

Lo que no le dije es que ese gracias se lo daba también por lo que había hecho por mi, sin saberlo: Recordarme que, a pesar de los telediarios, existe la bondad en el mundo... Recordarme que todavía hay quien traspasa sus burbujas... Recordarme mis propios recuerdos... Recordarme que un extraño puede salvarte.

7/12/10

el tiempo que nos queda [poemas]

Somos un ejército de dos soldados contra el viento,
contra el tiempo que nos queda y que nos mata
por cada segundo que perdemos en no celebrarnos.

Soldado, lucha conmigo.
Apaga tu pena,
descorcha otra mañana,
bébeme la boca
y olvidemos juntos
que pronto no quedará nada.

Soldado, lucha conmigo.
Por ti. Por mí. Por lo que somos.
Por lo que seremos. Por lo que fuimos.

Soldado, se valiente,
aprovecha tu suerte,
mira al futuro frente a frente.

Vive la vida, que no hay otra,
que no somos otra cosa
que el tiempo que nos separa de la muerte.