Todo está dicho y, sin embargo,
no puedo sino repetirlo.
Que antes que tú, amor,
antes que tú, nada,
nada había que llenara este vacío.
Pero llegaste, con tu alegría y tu tristeza,
con tu calma y con tu guerra,
con tu viva vivida cayendo de los bolsillos.
Y allí estaba yo,
que no sabía que esperaba, y te esperaba,
sin embargo.
Yo, que repetía sin repetir
un todo que parecía ser pero no era.
Yo, que nunca había dicho lo dicho con palabras llenas...
Hasta que llegaste tú para hacerme vivir,
y ser, y estar completa,
y no poder sino repetirlo:
todo lo llenas, amor, todo lo llenas...
30/1/09
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3 comentarios:
Sencillamente, precioso.
Además mucho (o todo) de lo que refleja este poema me suena desde hace unos meses.
Quim
Muy bonito poema.
Besos y gracias por compartirlo
Mil gracias a los dos, de corazón.
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