Esta historia que ya no ve el principio
borroso por la desmemoria de los días.
Este miedo que no sabe encontrar
en la oscuridad las baldosas amarillas.
Este vértigo clavado en la entrañas.
Este espejo que no me sostiene la mirada.
Este puñado de tristeza.
Esta certeza que se vuelve cada día más agria.
Este yo buscando la esperanza.
Tan solo...
...Corre conmigo una vez más.
Hazme rodar.
Hazme gritar.
Hazme no pensar.
Abrázame y canta.
Encuentra en mi piel
aquellas ganas.
Recuérdame quién era
aquella chica asustada,
que creía en la magia,
que no escupía ironía cada mañana,
que no se cansaba de buscar la esperanza.
Tan solo...
...No me dejes sola con tanto ruido.
Nunca soporté el silencio.
23/3/12
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6 comentarios:
Ese primer trozo es muy Sabina ;D
No eres el primero que me llama Sabina; flipáis pepinillos todos los que lo hacéis, pero gracias :)
Somos víctimas de una esperanza que se ha perdido y no se acuerda de como volver a casa, o de una esperanza a la que nunca llegamos a dar un mapa?
Somos víctimas de nosotros mismos; del cansancio que nos hace tirar la toalla; del hastío que nos hace dejar de soñar; del adulto que mata a nuestro niño... Pero nunca es tarde para dejar de ser víctimas, espero. Gracias por la visita y por esa pregunta tan buena, Carlos :)
Pero yo lo de Sabina lo digo por la voz cazarella y la actitud resacosa, eh! ;D
Joder, Alex, ahora lo entiendo todo! jaja Perraco, cómo te echaba de menos! :)
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