Que no acaben ganando los malos,
y que no abandonen la partida los buenos.
Que sigan valiendo más los besos que el dinero,
y que las razones para reír ganen a la tristeza y los lamentos.
Que nos siga empapando la lluvia,
y que sigamos corriendo contra el viento.
Que no encontremos lo que buscamos,
y que nos sorprenda cada día el intento.
Que siga sonando la música por las mañanas,
y que caliente el amor en las noches de invierno.
Que no se nos marchite la esperanza,
y que no se nos agrien los recuerdos.
Que no olvidemos lo que prometimos ser,
y que no nos reflejemos solos en los espejos.
Que todavía hemos de aprender a volar,
y si tú me das la mano, yo vuelo.
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