Este desayuno atragantado entre noticias de última hora.
Esta mirada perdida al otro lado de la pantalla.
Esta letanía que ya no sabe si la radio está encendida o apagada.
Me duelen las dos Españas.
Este manojo de penas.
Este espejo que no devuelve la mirada.
Este no ser capaz de entender nada.
Y ya nadie vence ni convence.
Este esfuerzo diario por levantar la alegría.
Estas ganas de esconderse tras las persianas.
Este silencio que repite a gritos palabras desgastadas.
Y más de un millón de cadáveres buscando casa.
No va a ganar la batalla la apatía.
Apretaremos los dientes y regaremos las ganas.
Vendrán nuevas golondrinas
y sonreiremos con la frente alta.
19/11/15
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