Llega el momento y no hay balanza;
no está a un lado lo malo y al otro lo bueno
_toda tu vida resumida en blancos o negros_.
No, no hay balanza,
ni juicio,
ni ángeles cantando y abriendo puertas,
ni demonios empujándote al abismo del infierno.
No. Sólo llega el día,
torpemente, abruptamente,
sin miramientos.
Llega, sin esperar y sin peguntar
si terminaste acaso
lo que deberías haber hecho.
Llega, y ya no hay más;
sólo dolor para el que queda...
dolor y un vacio inmenso.
27/5/09
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3 comentarios:
Precioso, como siempre. Ánimo esta tarde. Un besito fuerte.
Oihane
Gracias, Oihane :)
Muy bueno, me ha encantado. Desde el corazón por eso ha salido tan bien...
Un beso
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