Me pierdo a veces en mi misma;
me diluyo en el miedo,
la indecisión,
o la desidia;
mi mente se dispersa,
entra en pánico y grita;
sin razón aparente,
llega la tristeza,
a pesar de la dicha.
Y de pronto,
tu mano me salva de caer
al abismo de mi propio interior;
y como siempre,
tu voz me despierta y me devuelve
al camino recto de mi vida.
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2 comentarios:
Es bueno tener siempre cerca una buena mano o una buena voz.
Un beso, te echaba de menos...
Gracias por seguir ahí, Alkerme...
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