Que ya no escribo con la insolencia de la juventud,
ni hago el amor con la urgencia de las hormonas recién estrenadas.
Que ahora pienso un poco más,
y hablo un poco menos _aunque siga siendo demasiado_.
Que ahora se me acumulan los inviernos,
y tengo tarjetas de visita para cuando visito cementerios.
Que mis mayores se hacen viejos,
y yo misma disimulo arrugas en el espejo.
Que sigo sin entender el mundo,
y cada vez dudo más de querer entenderlo.
Y… Que qué más da,
si ahora, como entonces,
me miras y me incendio.
Si sigo queriendo sorprenderte cada noche,
acompañarte en cada día,
guardarnos juntos en la caja de recuerdos.
Si sigues siendo mi conversación favorita,
las migas de pan en mi sendero,
la cuerda invisible que ata mis miedos.
Cómo contarte que contigo se me olvida que corre en nuestra contra el tiempo.
19/9/13
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