El tiempo me roba nombres. Los años se amontonan sobre los recuerdos y me hacen cada vez más difícil regresar a ellos. Y tengo miedo. Miedo de que si los olvido a ellos, me olvide también de quién soy yo.
Se llama Ángela, como mi madre, y me cogía siempre muy fuerte la mano sin decir una palabra. Aquel año en que Perú me cambió para siempre. Que no se me olvide.
2 comentarios:
Creo que hay cosas que no se olvidaran nunca. Somos lo que hemos vivido. El conjunto de recuerdos, sensaciones, olores, conversaciones... que acumulamos a lo largo de nuestra vida. Podemos perder detalle de esos recuerdos, pero siempre formaran parte de lo que somos.
Estoy segura de que no se te va a olvidar.
Saludos.
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