Cuesta no tirar la toalla en estos días
de fuego cruzado, promesas malditas,
de sálvese quien pueda y nadie toca mientras se hunde el barco.
Llueve desde que empezó el invierno
y es invierno cada lunes repetido
que escupe tu «no estás» al calendario.
Puedo continuar aplazando la alarma
pero sé que es tarde hace demasiado.
He pasado página dejando la esquina doblada
y aún me pregunto por qué vuelvo siempre a ti.
Ando tropezando con mis pies descalzos,
enfrentándome conmigo en los espejos,
retándome a seguir adelante
sin intentar mover un solo dedo.
Prometí amarte hasta el último grito
y me estoy quedando sin voz aullándole al abismo.
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3 comentarios:
Jo ¡que chulo! Me gusta...s
Qué bonito, cuñi ;)
No sé por dónde andas, tal vez en la jungla Nevada, tal vez en el desierto emocional más grande jamás soñado...
Más hago te saber que tu alma viaja por delante de todas esas vicisitudes, esboza tu sonrisa milenaria y habrás
descubierto nuevamente el espejo de tu emoción, para variar le daremos un sorbo a la felicidad un mordisqueo
al amor,y un abrazo a la inexpresividad del calor humano...
Perdona por la marabunta de palabros e ideas desdeñadas con la finalidad de crear una realidad masticable por
las hormiguitas que somos...Gracias por ensalzar los ánimos y recrearnos en pasados muy presentes, después de
todo somos burbujas del pasado encriptadas en gotas del presente haciendo piruetas para poder regar nuestras
emociones más íntimas y poder regar un futuro amable para todas las almas antiguas deseosas de respirar la
esencia de las personas desnudadas de vidas pasadas, fortaleciendo ese camino que haces todos los días hacia
la superación y el equilibrio a través de tus dotes de juego con las palabras...gracias...namaste...
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