A veces, la vida se estanca, no conseguimos avanzar; por más que lo intentamos, nuestros pies se traban en el lodo de los días... Y otras, de pronto, conseguimos tomar impulso, empezar a caminar... Y, cuando queremos darnos cuenta, estamos corriendo, volando, riendo... Tras muchos años de lodo, oscuridad y lentitud con «Los monstruos», ahora vuelo con ellos.
La exposición en el Photomuseum de Zarautz está desde ayer abierta al público y el 30 de mayo a las 18:00 presentaré allí, no solo la instalación del proyecto, sino el fotolibro. Al fin, es real: Un acordeón de imágenes con cubierta de lija, tal como lo había soñado. Me cuesta poner palabras a este proyecto, os invito a que os sumerjáis en sus fotografías y escuchéis en silencio sus versos...
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