Sobre tu cuerpo fundé mi patria.
Hice de tu piel mi bandera,
y de tu ombligo el refugio
en el que esconderme de las guerras.
Y aquí habito desde entonces,
desde la tormenta,
que me arrojó a tu orilla,
y que me dejó dormida en tu arena.
Uno y mil naufragios después
aquí me mantengo
y aquí seguiré después de más de un millón de tormentas,
después de un millón de asedios,
defendiendo mi tierra
y dando, si hace falta, mi vida por ella.
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