Caminar hacia ti,
muy lentamente,
sin importarme si es de día,
o llegó hace tiempo la noche.
Llevar mis pasos hacia ti
y besarte,
muy lentamente,
dibujando de nuevo tu cuerpo
con mis labios.
Unirme a ti
y reinventarte;
y nacer de nuevo contigo
en ese instante
en el que las mentes
dejan de saber
si es sueño o vigilia lo que viven,
si es real o tan solo un espejismo lo que late.
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