Despacio. Sin hablar.
Los ojos han dejado de ver.
Sólo oscuridad.
Unas manos suspendidas en el vacío
que consiguen estremecer
antes de llegar a tocar.
La respiración contenida
y las manos convertidas en el centro del cuerpo.
Millones de sensaciones enfrentadas,
concentrándose en tu piel contra mi piel.
El mundo alrededor girando
mientras la piel se eriza,
la lágrima cae
y mi corazón se detiene
para acompasarse al tuyo.
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