Cristina Cifuentes acusa a Ada Colau de apoyar a "grupos proetarras"
- La delegada del Gobierno ha asegurado que la PAH ha apoyado a grupos como Bildu o Sortu y que hacen lucha callejera "hasta llegar casi a la kale borroca".
- La portavoz de la PAH, Ada Colau, no descarta acciones legales.
[Fuente: http://www.20minutos.es/noticia/1768559/0/cristina-cifuentes-acusa/ada-colau-pah/grupos-proetarras/]
Será que los 90 me dejaron marcada, pero yo oía lo de escrache y creía que se había vuelto a poner de moda lo de darle con el dedito para atrás y para adelante a los vinilos. Pero no, la música es otra. Y cada vez suena más desafinada.
Que una parte importante de la ciudadanía está cada vez más harta parece obvio. Que cada nueva noticia sobre corrupción, recortes de derechos, desahucios o reclamos de la Troika atendidos mientras la crisis se sigue extendiendo como una mancha de chapapote entre la población, tensa más la cuerda, también. Y cuando la cuerda empieza a impedir respirar, algunos salen _salimos_ a la calle. Y señalamos con el dedo a quienes están incumpliendo injusta y descaradamente con su deber. Si no quieren ser señalados, la solución es sencilla: Hacerlo bien, o irse y dejar que otros lo hagan.
Puedo llegar a entender todos los puntos de vista sobre la protesta ciudadana en general y el escrache en particular. Hasta dónde puede llegar, y no, ese señalar con el dedo. Pero hay quién no quiere oír ese debate porque no quiere llegar al fondo del asunto en realidad, por miedo a tener que dar el poder a quien legítimamente lo tiene: El pueblo. Hay quien prefiere un pueblo callado, una mayoría silenciosa, y recurre a cualquier argumento para deslegitimar su lucha, para crear desconcierto, para desviar el discurso, para atacar, porque no tiene otra defensa.
Y ahí tenemos a Rosa Diez, dándonos una apasionado discurso y enseñándonos de paso qué es la demagogia, equiparando una plataforma ciudadana con organizaciones de 'kale borroka'. O a Basagoiti, que va más allá y compara la actitud de la PAH con la de los nazis. O a Cristina Cifuentes, que directamente califica a la lideresa del movimiento, Ada Colau, de proetarra. Y sus panfletos mediáticos _me niego a llamar prensa a lo que es propaganda política, y mala_ recogiendo todo de una forma apenas sesgada…
Violentos. Nazis. Etarras... No sé si es un insulto mayor para los que apoyamos la plataforma y hemos firmado la ILP por la dación en pago, o para todas las personas que de verdad han sido víctimas de violencia, segregación o terrorismo. Comparar manifestantes con asesinos. Ciudadanos que lo han perdido todo con la crisis y que están luchando por su vida y la de sus hijos, con terroristas. Pegatinas y panfletos de protesta, con la estigmatización de los judíos…
Exigirle a tus dirigentes que asuman la responsabilidad que se les ha dado para gobernar con justicia, jamás será nada de eso. Debería valer con el voto. Ojalá valiese, y estuviesen siguiendo el plan marcado. Pero cuando incumplen su programa, cambian leyes en su favor, nos roban descaradamente y tienen hasta la indecencia de insultarnos, no podemos quedarnos callados.
No sé si el escrache es la forma, o lo son las manifestaciones, o las concentraciones, o una mezcla de todo ello. Pero la solución es fácil: Que hagan bien su trabajo. O que se vayan. Pero de momento, ni una cosa ni la otra. Deben pesar más los sobres que la presión ciudadana. Veremos hasta cuándo.
Que una parte importante de la ciudadanía está cada vez más harta parece obvio. Que cada nueva noticia sobre corrupción, recortes de derechos, desahucios o reclamos de la Troika atendidos mientras la crisis se sigue extendiendo como una mancha de chapapote entre la población, tensa más la cuerda, también. Y cuando la cuerda empieza a impedir respirar, algunos salen _salimos_ a la calle. Y señalamos con el dedo a quienes están incumpliendo injusta y descaradamente con su deber. Si no quieren ser señalados, la solución es sencilla: Hacerlo bien, o irse y dejar que otros lo hagan.
Puedo llegar a entender todos los puntos de vista sobre la protesta ciudadana en general y el escrache en particular. Hasta dónde puede llegar, y no, ese señalar con el dedo. Pero hay quién no quiere oír ese debate porque no quiere llegar al fondo del asunto en realidad, por miedo a tener que dar el poder a quien legítimamente lo tiene: El pueblo. Hay quien prefiere un pueblo callado, una mayoría silenciosa, y recurre a cualquier argumento para deslegitimar su lucha, para crear desconcierto, para desviar el discurso, para atacar, porque no tiene otra defensa.
Y ahí tenemos a Rosa Diez, dándonos una apasionado discurso y enseñándonos de paso qué es la demagogia, equiparando una plataforma ciudadana con organizaciones de 'kale borroka'. O a Basagoiti, que va más allá y compara la actitud de la PAH con la de los nazis. O a Cristina Cifuentes, que directamente califica a la lideresa del movimiento, Ada Colau, de proetarra. Y sus panfletos mediáticos _me niego a llamar prensa a lo que es propaganda política, y mala_ recogiendo todo de una forma apenas sesgada…
Violentos. Nazis. Etarras... No sé si es un insulto mayor para los que apoyamos la plataforma y hemos firmado la ILP por la dación en pago, o para todas las personas que de verdad han sido víctimas de violencia, segregación o terrorismo. Comparar manifestantes con asesinos. Ciudadanos que lo han perdido todo con la crisis y que están luchando por su vida y la de sus hijos, con terroristas. Pegatinas y panfletos de protesta, con la estigmatización de los judíos…
Exigirle a tus dirigentes que asuman la responsabilidad que se les ha dado para gobernar con justicia, jamás será nada de eso. Debería valer con el voto. Ojalá valiese, y estuviesen siguiendo el plan marcado. Pero cuando incumplen su programa, cambian leyes en su favor, nos roban descaradamente y tienen hasta la indecencia de insultarnos, no podemos quedarnos callados.
No sé si el escrache es la forma, o lo son las manifestaciones, o las concentraciones, o una mezcla de todo ello. Pero la solución es fácil: Que hagan bien su trabajo. O que se vayan. Pero de momento, ni una cosa ni la otra. Deben pesar más los sobres que la presión ciudadana. Veremos hasta cuándo.
No hagáis escrache, que los políticos sufren viendo cómo sus familias ven que están haciendo sufrir a otras familias. Rojos desalmados.
— esaotra (@esaotra) 25 de marzo de 2013
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