Llevo el miedo como un polizón en las entrañas.
La vida no me da tiempo a respirar.
Soy sólo una niña corriendo tras su sombra
con la certeza del adulto que sabe que jamás la alcanzará.
La despensa llena,
la cama caliente,
los sueños cumplidos
y los que quedan por soñar.
Tu cepillo de dientes junto al mío,
el montón de plancha que nos espera,
mientras rodamos por el suelo
y la noche vuelve a empezar.
Y el miedo no se va...
Las noches de sábanas sucias,
de cosquillas y risas,
de mordiscos furtivos,
de promesas con los ojos cerrados,
"mañana veremos el mar".
Y el miedo se empieza a esfumar...
Casi huelo a sal mientras me besas,
contigo todas las promesas saben a verdad.
Me duermo sonriendo,
con la olas salpicando mis pies,
y las algas enredadas al pelo;
con mi miedo y tu verdad.
Mañana veremos el mar.
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