La Marca España se pone de largo en Bruselas
Margallo llama a superar el cliché de “la España de charanga y pandereta”
[Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2013/06/04/actualidad/1370382977_469821.html]
Es odioso recurrir a refranes cargados de moralina, pero también inevitable que venga a la cabeza aquel de "predicar con el ejemplo", al ver los desafortunados esfuerzos de este Gobierno por legitimar la marca España con sus palabras mientras la deslegitima con sus hechos.
Puedes hartarte de decir que no somos la España de la charanga y de la pandereta, Margallo. Mientras nuestras Ministras se pongan la mantilla para ir a misa y a los toros, y le encomienden a la Virgen la solución a los problemas, mientras siga importando más la ideología que la educación, mientras la ley siga bailando al son de la banca y no de las personas _que al fin y al cabo somos las que conformamos España_, la charanga y la pandereta seguirán sonando de fondo en cada presentación de España.
Hay una frase muy acertada en el mundo del marketing que dice "no digas qué me vendes, dime qué te compran". De nada sirve que digamos lo buenos que somos si no es con el ejemplo de nuestras acciones. La reputación de un país no se salva con flamenco en directo en saraos a los que van _y en los que comen y beben_ los de siempre. La reputación de un país, la buena reputación, la consigue la calidad de vida de sus ciudadanos, sus logros académicos, tecnológicos y sociales, y la solvencia e integridad de sus líderes.
"El coste del lanzamiento de la Marca España fue modesto (menos de 10.000 euros, según los organizadores)". 10.000 modestos euros para quienes pagan su vida a 3,50 el cubata y a 0,85 el café. 10.000 modestos euros para quienes cobran sus abultadas nóminas cada mes _ y sus sobres cuando toca_. 10.000 modestos euros que estarían mucho mejor invertidos en dar prestigio de verdad a España, invirtiendo en ella a través de la educación, la investigación, el I+D+I y tantas otras competencias que hablarían por sí solas y acallarían por fin las charangas.
Puedes hartarte de decir que no somos la España de la charanga y de la pandereta, Margallo. Mientras nuestras Ministras se pongan la mantilla para ir a misa y a los toros, y le encomienden a la Virgen la solución a los problemas, mientras siga importando más la ideología que la educación, mientras la ley siga bailando al son de la banca y no de las personas _que al fin y al cabo somos las que conformamos España_, la charanga y la pandereta seguirán sonando de fondo en cada presentación de España.
Hay una frase muy acertada en el mundo del marketing que dice "no digas qué me vendes, dime qué te compran". De nada sirve que digamos lo buenos que somos si no es con el ejemplo de nuestras acciones. La reputación de un país no se salva con flamenco en directo en saraos a los que van _y en los que comen y beben_ los de siempre. La reputación de un país, la buena reputación, la consigue la calidad de vida de sus ciudadanos, sus logros académicos, tecnológicos y sociales, y la solvencia e integridad de sus líderes.
"El coste del lanzamiento de la Marca España fue modesto (menos de 10.000 euros, según los organizadores)". 10.000 modestos euros para quienes pagan su vida a 3,50 el cubata y a 0,85 el café. 10.000 modestos euros para quienes cobran sus abultadas nóminas cada mes _ y sus sobres cuando toca_. 10.000 modestos euros que estarían mucho mejor invertidos en dar prestigio de verdad a España, invirtiendo en ella a través de la educación, la investigación, el I+D+I y tantas otras competencias que hablarían por sí solas y acallarían por fin las charangas.
La Marca España no desprestigia para otras marcas.
— esaotra (@esaotra) 4 de abril de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario