Volaron mil cuervos negros,
alrededor de un hada negra
que, gritando extrañas palabras,
convirtió el mar en arena,
la tierra en fango,
en lanzas las montañas,
en desolación las noches,
y en muerte las mañanas.
Todo pereció.
Excepto el hada negra
y los cuervos que la adoraban.
Pero ella no quería;
ella no era mala.
Sólo necesitaba una sonrisa
para convertirse en un hada blanca.
28/3/07
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