Amarradas van mis manos a tus manos;
anudadas, mis piernas a tus piernas;
enlazada, mi mirada a tu mirada;
fundida, mi alma va a tu alma.
El destino inequívoco de mi ser es tu mañana;
mi meta eterna, tu noche clara.
El refugio tras recorrer el bosque,
el sepulcro en el que reposaré al alba.
Alba, mediodía, noche. Gira el tiempo su rueda,
y yo sigo llegando hasta tu puerta.
Llegaré aunque el tiempo me mate y muera,
porque yo te amo y mi amor no muere.
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2 comentarios:
Algún día diré que le escribí un comentario a esa poetisa tan famosa. Sigue así. Un saludo y espero que puedas visitarme.
Sinceramente, gracias. Y, sobre todo, enhorabuena: tus flores en medio del apocalipsis ya están a buen recaudo en Mis Favoritos.
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