Amarte sin ni siquiera comprenderlo.
Sin saber ni cómo, ni cuándo, ni de dónde
llegó este amor que todo lo llena;
que me resucita cada día con su presencia;
que me reinventa.
Que hace que me estremezca
sólo con rozar tu piel,
y que estalle sólo con sentir
tus manos entre mis piernas.
No sé, ya te lo he dicho,
cuándo nació este amor.
Miro hacia atrás y sólo recuerdo ya
mi vida contigo,
como amante o como amigo.
Pero siempre estabas allí,
dándome la mano en el camino.
Igual que no sé cómo nació,
tampoco sé cómo se hizo grande;
en qué momento este amor se convirtió
en el principio y en el final de mi existencia.
En la meta.
En el bálsamo de todas las penas.
En la agonía cuando no estás;
en el éxtasis cuando te acercas.
En la felicidad absoluta;
en la risa frenética;
en la lágrima que sonríe;
en el Alfa y el Omega.
10/5/07
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