Se marchitarán pronto mis recuerdos.
En poco tiempo mis ideas ya sólo serán
hojas que arrastra el viento
y que el viento mismo destruirá.
Ya no recordaré siquiera el nombre
que tantas veces hube de pronunciar.
Olvidaré el color de los ojos
a través de los cuales descubrí el mar.
El fuego de pasión a quemarropa
en un rincón se extinguirá.
Las frases pronunciadas con voz queda
en mi garganta se ahogarán.
Y ya no quedará nada
por lo que cada noche rezar.
Y ya no existirá si tú te has ido
ni patria ni Dios al cual honrar.
Mi memoria se quedará marchita,
mi mente al olvido se entregará:
Por no recordar tu ausencia
jamás volveré a pensar.
10/2/08
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