Su juventud truncada.
La cabeza loca.
“Él dice que me ama”.
Ven, pequeña, ámame.
Yo te protegeré del frío.
Sigue mis manos, pequeña,
te enseñarán el camino.
Eres preciosa, pequeña.
Ámame, quiero morir contigo.
Su juventud truncada.
La cabeza loca.
“Él dijo que me amaba”.
15/10/08
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2 comentarios:
La inocencia a veces puede ser nuestra mejor aliada, y otras tantas una mano traidora
saludos
Cuánta razón tienes, Georgia... gracias por tu visita!
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