Me miras, niña ingenua de mis ojos,
y tu pelo se vuelve del color del cielo;
sonríes, y tus labios inexpertos
iluminan la estancia;
hablas, y todo el Universo,
antes gris, solitario, ciego y mudo,
se convierte en el Paraíso Perdido
donde bailaremos juntos
como pequeñas marionetas,
escapadas de su cárcel de guiñol.
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2 comentarios:
Uhm... debe ser preciosa esa niña de tus ojos...
besos...
No sabes cuánto! Gracias por estar ahí, Alkerme :)
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