Días en los que te odio.
En los que sería capaz de matarte.
Pero tú siempre así,
la eterna risa en los labios.
Como si en la vida no existiese nada malo.
Y yo negra, como un grajo.
Como un buitre que busca en la carroña.
Y tú, estúpido, siempre a mi lado.
Necesito reír pero no puedo.
Quizá sea mejor que huyas:
Yo soy tan egoísta que no puedo vivir sin ti.
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3 comentarios:
Espero que pase pronto...
Besitos.
Pero qué miedo me has dado en esta entrada :S
Bello el poema.
Un saludo desde Sestao.
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