Sigues con tu vida. De cuando en cuando, lo recuerdas. El huracán. Cuando de pronto todo se volvió ruido y escombros a tu alrededor. Te estremeces un momento, y después la imagen se esfuma y sigues adelante. Has vuelto a reconstruir tu muro. Con las piedras que quedaron esparcidas a tu alrededor, lo has vuelto a levantar. Más alto. Más grueso. Más resistente. Nada volverá a derrumbarlo. Al otro lado de ese muro, estás a salvo.
Y de pronto, un día, un día cualquiera, comienza de nuevo a soplar el viento. Te asustas, pero miras alrededor y sabes que no puedes rendirte, que tienes que permanecer fuerte y poner a salvo a los tuyos. Y una vez más, comienzas a buscar maderas y apuntalas la puerta de tu casa, las ventanas, llenas la despensa, coges de la mano a tu familia y comienzas a rezar, en silencio, esperando que el huracán te pase por encima sin llevarse contigo tu vida ni la de los tuyos.
Y confías. Confías en lo que has aprendido. Confías en el muro que has construido... Y esperas, esperas que está vez también sobrevivas, mientras miras con miedo como en el muro van apareciendo grietas...
6 comentarios:
Que ocurrió?
Al final la vida tiene mucho de montaña rusa. Yo estoy de "blues" otra vez y no me apetece la verdad...
Un abrazo por si ayuda...
salud
mmm, este blog ya murio?
Lo accese atraves de google cache.
buen blog
Tía Asul, qué ha pasado?? qué triste el post¡¡¡ muchos besos y abrazos sea lo que sea. El finde que te vea ya te los daré en vivo y en directo y seguro que entre todos l@s huachiper@s se te alegra el alma y el muro será menos muro¡¡¡ besitos amiga.
thanks
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