¿Qué melancolía,
qué honda tristeza anegó tu alma
para que todas,
para que cada una de tus palabras
_hablases de olas de mares,
de barcarolas o de sangres de España_
sonasen a lamento,
a quebranto de tu alma?.
Daría mis palabras
_que al fin son sólo palabras robadas_
por poder hablar contigo,
por saber qué piensas del mañana,
por oírte recitar,
llenando de tristeza las palabras.
29/1/08
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