Me gusta la gente que me juzga por lo que ve,
que me ama o me odia por mis acciones,
por mis palabras y por mis silencios,
que sabe cuándo debe preguntar
y cuando callar,
que sabe guardar un secreto.
La gente que me conoce de verdad por lo que soy,
no porque escucharon un cuento,
no porque ‘dicen que les dijeron que vieron’.
Siempre es así.
Encontrar gente y perderla.
Ahogar los sentimientos.
El desencanto
de querer hacer ver
y conseguir sólo resentimiento;
de querer reir, soñar,
vivir _que queda poco_
y estar sola en mitad del desierto.
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