La lluvía dibujando imposibles en el suelo.
Otro Invierno.
El frío que no llega hasta éste, mi refugio.
El tuyo.
El que tu y yo construimos.
El que ni la tormenta ni el tiempo destruyeron.
Aquí se respira Primavera
aunque fuera sople el viento.
Porque el tiempo se detuvo
en torno nuestro,
girando alrededor de nuestros cuerpos unidos,
sin tocarnos,
sin hacer mella alguna en ellos.
Y ahora miro mis manos
y veo pliegues que entonces no existían.
Ahora el espejo me devuelve una imagen
que tampoco es la que era.
Pero me reconozco cuando me miro
a través de tus ojos,
en el refugio del que el camino
sólo nosotros conocemos.
31/1/07
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