Un hombre golpea a su perro en el parque.
“No quiere venir”... Y lo golpea.
Y la ira se desata en su vientre.
Yo los veo al pasar
y lloro, sin detenerme.
Algo se desata también en mí,
algo se muere.
Otro hombre, en otro parque, golpea a una mujer.
“No quiere amarme”... Y la golpea, muy fuerte.
La locura se une a la ira en los ojos de ese hombre.
Un día después lo leo en los diarios.
No los veo,
pero recuerdo al hombre y a su perro,
y lloro, sin detenerme.
Otra parte de mí perece,
y sigo avanzando,
sin saber hacia dónde.
Una mujer sin ojos,
un bebe con la cabeza hundida,
un hombre con un cuchillo,
la barbarie.
Guerras. Entre países, entre hombres.
Y medio yo muriendo
y mi otra mitad tirando del fiambre.
Y las lágrimas y mis poemas
_ de temas sucios, podridos, deplorables _
como única válvula de escape.
28/1/07
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