17/10/23
donde duele [poemas]
23/2/23
Algea
«Algea» es un proyecto en curso, que acabo de empezar y en el que, en realidad, llevo muchos años inmersa, sin ser consciente de ello. La fotografía me acompaña en todo lo que hago, publique o no, le de forma de proyecto o no: igual que siempre escribo, siempre hago fotos. De todo lo que me rodea, pero sobre todo, de todo lo que me pasa. Y el dolor me pasa, me acompaña, me atraviesa, desde hace tantos años que casi me acostumbro a su presencia. Hasta que ha empezado a volverse incapacitante. Entonces, me ha tocado parar, mirarlo frente a frente, ponerle nombre.
Y al hacerlo, he sido consciente de todo lo que me da y todo lo que me roba el dolor crónico, lo que me condiciona en el día a día, lo que influye en mi ánimo, en mi personalidad, en mis relaciones. Lo que me aísla.
Y al intentar salir de mi isla y decirlo en voz alta, en lugar de encontrarme sola, me he encontrado con muchas soledades buscando casa. Muchas personas, mujeres en su mayoría, viviendo el mismo infierno de piel para dentro y sonrisa para afuera. Muchas mujeres a las que la única respuesta que nos ha dado la medicina tradicional es paciencia, analgesia y dosis sospechosas de ansiolíticos y sedantes. Artrosis, endometriosis, lupus, fibromialgia... Las dolencias cambian, el patrón se repite.
«Algea» es la forma en la que los griegos nombraban a las deidades femeninas del dolor. Una metáfora hermosa para hablar de una realidad que no lo es tanto. Así arranca este proyecto, hablando de mi dolor, con la intención de acabar dando voz al de todas.
20/1/23
El cambio está en nosotras
Cuando hablamos de poliamor o de relaciones no-monógamas, solemos pensar en relaciones de pareja. Pero ¿qué sucede cuando llevamos los planteamientos del poliamor a todas nuestras relaciones interpersonales? ¿Cuando construimos las relaciones, cualquier relación, en un marco de comunicación constante, desde las premisas del consenso, la consciencia y la ética?
Brigitte Vasallo lo deja claro en su libro «Pensamiento monógamo, terror poliamoroso»: «La posibilidad de la alternativa al sistema monógamo no va de ligues y noviazgos, sino de colectivización de los afectos, de los cuidados, de los deseos y de los dolores».
El cambio que necesitamos para amar y relacionarnos en libertad va más allá de adaptar nuestra pareja o sumar nuevas parejas a la dinámica social. Requiere de valentía para crear un nuevo paradigma fuera de los canones establecidos; desmontar la pirámide de los afectos; dinamitar el sistema en el que tenemos que dejar claro a nosotras mismas y a los demás constantemente, quién está en la cúspide de la pirámide y por qué.
Tenemos que mirar dentro de nosotras mismas y escucharnos, sentirnos: Si conseguimos desprendernos de la presión social, la inercia y la culpa, sabremos qué nos hace bien, qué nos repara, y qué nos aleja de nuestra esencia.
Fluir, dejarse llevar por la intuición, la emoción y la piel, es un primer paso necesario para bajar el volumen del gran altavoz del sistema, que nos quiere sumisas y ordenadas, dispuestas a consumir los afectos que nos toca sin pensar. En el encuentro con la otra sin ataduras y en equilibrio es donde crecemos, donde las relaciones avanzan y nos hacen avanzar, donde todo cobra sentido.
Una se aproxima al poliamor a veces pensando en pequeño, simplemente en algo que no encaja en sus relaciones de pareja… El reto, el verdadero reto, es repensarlo todo, construir todo desde el amor. Puede haber relaciones intensas y únicas, para toda la vida, con vínculos no sexuales, puede haber vínculos sexuales como un acompañamiento más de los afectos, puede haber crianza en tribu… El amor no se agota, y las posibilidades son tan libres como nos permitamos nosotras serlo.
Vuelvo, para terminar, a la gran Vasallo: «Vamos a soñarnos con intensidad. Vamos a incomodarnos. Vamos a ver hasta qué punto somos capaces de pensarnos radicalmente». El cambio está en nosotras.
25/11/22
Bella Bestia [fotografía]
Define bella. ¿Su contrario es fea? ¿O es bestia? En un mundo donde el culto al cuerpo, a los cánones, a la norma, nos define y encorseta, lo contrario a bella no es fea: es anulación, error, culpa, necesidad de cambio para encajar. Crema, maquillaje, dieta, cirugía, todo es válido para pasar por válidas. Si no lo eres, estás fuera de la sociedad. Eres la bestia. Y salvo que seas un hombre, nadie va a querer a una bestia.
Porque lo de ser bestia es cosa de hombres: Ellos sí pueden pasarse de peso, estar cubiertos de pelo, tener cicatrices de guerra, manejar lenguaje rudo, tratar con violencia, porque hay miedo y vulnerabilidad en su interior, y nosotras tenemos que hacer el esfuerzo de mirar dentro, de aceptarlos como son.
Nos han enseñado desde pequeñas a amar a la bestia. Ya es hora de que aprendamos a respetar a la nuestra.
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Foto: Fotopop |
3/10/22
Nuevo Imaginario Barakaldés
Lo mío, sin duda, es estar parapetada detrás de la cámara o protegida por un teclado. Por eso, cuando se pusieron en contacto conmigo para participar en el «Nuevo Imaginario Barakaldés», pasé rápidamente de la emoción porque me lo hubiesen propuesto, a la histeria porque tendría que ponerme delante del objetivo. Histérica lo hice, y este es el resultado: Gesticulo mucho y no digo todo lo que me gustaría decir, ni como me gustaría decirlo, pero ahí estoy, como parte de la memoria de mi pueblo, Barakaldo. No es nada y lo es todo. Vuelven los nervios al compartir. Os dejo con el proyecto...
«Nuevo imaginario barakaldés» es un proyecto que pretende dar visibilidad y espacio a la obra de creadores y creadoras cuyo trabajo tenga peso por su contenido artístico sobre Barakaldo o trayectoria como autor o autora Barakaldés, ofreciendo a la ciudadanía una visión de nuestro patrimonio cultural actual, mediante disciplinas como la pintura, la ilustración, el video, la fotografía o la escritura.
15/3/22
lo pequeño [poemas]
en el rayo de sol,
en la sirena del recreo,
en la caricia
y en el verso,
lejos del sonido de las balas,
aunque cierren cada vez más el cerco.
8/3/22
pido la alegría y la palabra [poemas]
18/2/22
impostoras [fotografía]
9/2/22
#Lasdelalibre, nacimiento de un fanzine
Crear un publicación cultural con perspectiva feminista, antirracista y antifascista era hace un año pura fantasía. Cuando nos reunimos en Libreramente con esta idea común, todas las que estábamos allí parecíamos pensar lo mimo: Es imposible, pero ¿y si lo hacemos?
Y lo hicimos. Ha sido un año de escrituras y reescrituras, de debate, de diseño, de aprendizaje... Y sobre todo, un año donde la palabra TRIBU ha cobrado sentido. Juntas podemos más. Podemos incluso hacer realidad nuestras fantasías: Hemos creado el fanzine que nos habría gustado leer si llegase a nuestras manos hecho por otras.
En sus páginas compartimos nuestras reflexiones, nuestros miedos, nuestras fortalezas. Hay recomendaciones de libros, de películas, de juegos... Hay hasta recetas, para alimentar bien el cuerpo además de la cabeza. Hay fotografía. Hay poesía. Hay muchas ganas de compartir y de hacer trinchera, desde el barrio, desde abajo y para todas.
Hoy sale a la venta el número #01, dedicado al «síndrome de la impostora». Puede que no conozcas el término y aún así te sientas reflejada cuando lo leas. Los 2,5€ que cuesta irán dedicados a la publicación del siguiente número, en el que estamos ya trabajando, y en la colaboración con organizaciones solidarias afines. Si quieres saber más, entra en nuestra web: Lasdelalibre.
«Si todas lo sentimos, no nace de nosotras, es impuesto» [Una de mis fotos incluidas en el fanzine] |
3/1/22
la edad del desconsuelo [poemas]
que la rutina nos acaricia las sienes
y nos mece en la dulce miasma de los días,
que no hay lugar para los sobresaltos
y el placer llega en silencio y a escondidas.
Ahora que el nosotros ahoga el yo, algunos días,
que no nos amansen las horas dóciles,
la mano fría sobre la frente caliente,
el temporal remedio de receta crónica,
acelerar sólo en las curvas conocidas.
Recuperemos el miedo incierto de los viajes sin destino,
confiemos en quien sostiene la mirada y devuelve la sonrisa,
sin más avales que nuestra intuición dormida.
Erremos y repitamos comienzo, a tientas y con prisa:
Quememos todas las naves, no flotarán en próximas vidas.
15/10/21
«A pesar de la lluvia» en BAFFEST
Pues allá vamos otra vez: En el marco del Festival de Fotografía BAFFEST, volveré a desnudarme. Debería estar acostumbrada, no es la primera vez que me exhibo en público, y cada vez, cada vez, el temblor se repite...
Y el miedo no se va,
pero a veces encuentras a alguien que tiembla contigo.
El próximo jueves 21 de octubre, a las 19:00 horas, en el Centro Cívico Clara Campoamor, leeré algunos poemas y mostraré algunas fotografías de «A pesar de la lluvia», y compartiré el desarrollo del proyecto, desde aquella tímida idea que brotó en 2016, hasta el fotopoemario que auto-publiqué en 2020. Temblando, os espero.
27/8/21
«Los monstruos» en MAPS - GETXOPHOTO
Ahora que ya me siento mayor para ser joven promesa, resulta que voy a participar en un «encuentro entre artistas visuales emergentes»; quizá sea verdad lo de que nunca es tarde.
Cuando recibí la llamada de Josu Zaldibar, director de la escuela de Fotografía Blackkamera, en la que me he formado (y espero seguir formándome, no se acaba de aprender), me costó creérmelo: Podría participar en una actividad de un festival que me apasiona, Getxophoto, en representación de la escuela, junto a compañerxs que admiro enormemente.
Me invadió una mezcla de orgullo, nervios, vergüenza y, por supuesto y sobre todo, la firme convicción de que me habrían llamado por error, o porque no había nadie más disponible. Aún así, hice lo que hago siempre: Sonreír amablemente, actuar como si no estuviese muerta de miedo, y esperar el inevitable momento en el que finalmente el evento se cancelaría o iría otra persona, mucho más acertada, en mi lugar.
A un semana del encuentro, ya parece seguro que sí, que va a ser verdad: He recibido mails en los que aparece mi nombre, salgo en la web y ya hiperventilo. Mis monstruos y yo estaremos en MAPS. ¿De verdad?
16/6/21
calla y continúa girando en la rueda [mis cosas]
Siempre se dice que caminamos a hombros de gigantas. Disfrutamos de los avances y los logros de aquellas que nos precedieron. Cierto. Pero también llevamos sobre nuestros hombros el peso de la tradición: La exigencia de aprovechar las oportunidades, de sostener lo conseguido por otras, de demostrar que podemos, por las que pudieron, por las que ahora no pueden, por las que no podrán más.
Y en ese mandato, hemos de ser buenas profesionales, buenas madres, buenas hijas, buenas amantes, buenas amigas. Y buenas con nosotras mismas: Duerme al menos 8 horas, es el mejor tratamiento de belleza. Haz algo de ejercicio cada día. Come sano y consciente. Viste a la moda, maquíllate a la moda, que tus pelos vayan a la moda. Lee, aprende, mejora. Infórmate, posiciónate, milita, hay causas justas que no pueden esperar a tu indiferencia, a tu falta de tiempo.
TODO ES CUESTIÓN DE ORGANIZACIÓN. Si no llegas a todo, es porque no te organizas, porque no le pones suficientes ganas. Querer es poder. No puedes porque no quieres. Te agobias porque quieres. Sólo tienes que aprender a tomarte las cosas de otra forma. Hazlo de otra forma, pero para continuar con lo mismo: para poder con todo. No te olvides de que la mejora continua empieza por ti. No tienes problemas; eres el problema. Calla y continúa girando en la rueda.
Eras más divertida cuando te preocupabas menos y podías más. No tienes problemas; eres el problema. Calla y continúa girando en la rueda. Nadie te va a querer así.
18/5/21
«El fin del amor. Amar y follar en el siglo XXI», de Tamara Tenenbaum, y algunas lecturas más... [mis lecturas]
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«El fin del amor» Tamara Tenenbaum Editorial Seix Barral 312 páginas |
Hay momentos que una tiene cuerpo de novela y no de ensayo. Una tras otra iba colando historias y procrastinando el momento de enfrentarme a este libro a caballo entre el ensayo y la autoficción, a pesar de que intuía que lo que encontraría en sus páginas me iba a gustar. O más que gustar, me iba a reconfortar y a reafirmar. Y así ha sido.
Tenenbaum ha conseguido ordenar muchas
de las ideas que muchas mujeres y muchas más feministas, tenemos dando tumbos
dentro. Lo hace de un modo ameno, que parece incluso ligero, o se lee como
ligero, más bien, porque detrás de cada tema abordado hay una ingente cantidad
de referencias y se vislumbra una gran labor de documentación y reflexión por
su parte.
El libro ha venido a reforzar una idea
que, una lectura tras otra, parece innegable: Algo ha cambiado y se está
movimiento en el universo femenino. La lucha feminista no es nueva y no está ni
siquiera cerca de estar concluida, pero es un clamor que está en un momento
álgido. Son muchas las escritoras que están centrando su discurso en otro modo de
hacer las cosas, que están al fin ocupando un espacio en el mundo en general, y
en la Literatura en particular, que hasta ahora nos había sido negado.
Leyendo a Tamara me han resonado
fuerte otros títulos recientes («Caliente» de Luna Miguel o «Feminismo
Vibrante» de Ana Requena Aguilar, por ejemplo), que apuntan en la misma
dirección, tocando parecidos temas y haciéndose las mismas preguntas. Tomando
conciencia, al fin, de que el feminismo no sólo es una cuestión de sexo, sino
de poder y de cómo se ejerce, que tras los mandatos de género y todo lo que
encierran (desde los trabajos que cada cual puede desempeñar hasta cómo se
distribuyen los afectos), hay un sistema capitalista que nos quiere dóciles y
encerradas en la rutina de nuestras obligaciones.
«Había cosas que eran de puta, cosas
que eran de tonta, cosas que eran de ridícula y cosas que eran de loca […] El
resto de chicas no tenían todo tan claro como yo pensaba. Todas tenían miedo de
hacer las cosas mal; todas sentían en algún momento que en efecto estaban
haciendo las cosas mal».
«Tendemos a pensar que somos
absolutamente libres y que, si sentimos que no lo somos, es por una debilidad
propia: que si empezamos a “pensar distinto” vamos a dejar de sufrir por ser
gordas, estar solteras o ganar poca plata. Tengo buenas y malas noticias: 1) no
estás sola, todo eso que pensás que es culpa tuya no está bajo tu control (más
que en apariencia); 2) el “problema” no se soluciona con un “cambio de cabeza”;
lo que hay que cambiar es el mundo».
Es en este relato compartido de las
mujeres que están atreviéndose a hablar en voz alta donde surge la posibilidad
de cambio. A medida que buscamos espacios para compartirnos y reflexionar sobre
lo que somos y lo que deseamos, se hace patente que por separado nuestros
problemas son (parecen) irresolubles, pero que uniendo nuestras voces, el relato que
nos habían contado cae, para dejar paso a una historia común en la que sentimos
por fin que podemos ser protagonistas. El tiempo de las musas y las vírgenes
postradas pasó.
«Una mujer puede hacer infinitas cosas
pero, si no tiene amor, socialmente será reconocida como vacía, como sujeto
incompleto […] Debe darlo todo -su tiempo, su fuerza de trabajo, su
disponibilidad emocional-».
Y en esta historia en la que somos
protagonistas, muchas nos hemos parado (me incluyo como militante de la
esperanza en el cambio posible) incluso a repensar el argumento, en formas y en
contenido. Desde el trabajo al amor, pasando por la forma de comunicarnos o de
follar: El lenguaje universal masculino y bélico no es nuestra forma de narrar.
La verdadera revolución del feminismo
está en repensar la forma de hacerlo TODO, tomar conciencia de que amar no nos
hace más débiles, que mostrar nuestra vulnerabilidad no nos expone como víctimas,
sino como humanas deseantes y sintientes en un mundo a la vez hostil y bello.
Tenenbaum va repasando y repensando
los constructos sociales en los que se basan nuestros roles de género, nuestras
formas de estar en el mundo: La pareja, el matrimonio, las relaciones sexuales,
el consentimiento, el culto al cuerpo y a la belleza, la maternidad… No da
respuestas, sólo plantea cuestiones; sólo nos invita a reflexionar con
ella sobre cómo articulamos nuestra vida sobre decisiones que creemos tomar de
una forma libre, mientras está operando en nosotras todo el peso de la
tradición y la inercia cultural, social y moral que nos rodea.
Es un libro para leer subrayando, releer
pensando y pensar actuando; invita a soñarnos más allá de los márgenes que la
sociedad impone. Aquí algunos de mis subrayados, sólo algunos, merecen la
reflexión todos…
«En las sociedades de consumo urbanas
contemporáneas la pareja es una tarea más».
«La armonía conyugal, que antes era un
mandato moral, se recicló como parámetro de éxito».
«Ser feliz hoy tiene que ver más con
la obligación que con el deseo. ¿Es posible salir de esto? ¿Se puede querer
otra cosa que ser cada vez más y más feliz?»
«En la carrera del bienestar, todos
creemos que vamos perdiendo. Estoy cansada, pero además de estarlo, me siento
culpable por estar cansada. El relato de la salud y el bienestar como caminos
hacia una mejoría infinita viene a paliar la ansiedad que nos produce la
ausencia de un orden moral compartido con todos, la incertidumbre y el vacío
que nos dejó la caída de los grandes relatos».
«El feminismo no consiste en
cuestionar el deseo de las otras, sino el propio, aunque sea doloroso, sobre
todo cuando la sensación es que eso que anhelamos no nos está haciendo bien».
«Queremos vínculos igualitarios y honestos.
[…] También queremos enamorarnos, queremos coger y queremos que nos quieran;
queremos estabilidad y queremos adrenalina, el bote salvavidas y el oleaje,
todo al mismo tiempo. Pero ¿se puede tener todo eso?»
«La libertad sexual de las mujeres
atenta contra la capacidad de los hombres de subyugarlas. […] Eso que tanto
tiempo se llamó virtud no es solamente un concepto moral y religioso: también
es un concepto político y económico».
«La pareja puede salvarse si la
descentramos, si la corremos del podio de la vida como piedra de toque del
éxito, la salud y la felicidad, incluso si dejamos de pensarla como piedra de
toque del amor, como su fin o su expresión última. Y más importante, porque en
el fondo salvar la pareja me da igual: con mucho amor, mucha amistad, mucha
comunidad y mucha suerte quizás nos salvamos nosotras».
«De esto hay que llenar el mundo: de
historias de mujeres que no amen ni odien sus cuerpos, y que los acepten como
son en cualquier formato; de mujeres que tengan libertad, la libertad
verdadera, de hablar de otra cosa».
«Quiero construir a partir de esos
vínculos fluidos un compromiso comunitario y colectivo con los cuerpos y las
personas deseantes que conozco que no implique obligaciones ni etiquetas pero
sí cuidado y afecto en el sentido más amplio pero también más verdadero de
estos términos».
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«Feminismo Vibrante» Ana Requena Aguilar Editorial Roca 228 páginas |
Leer a Tamara Tenenbaum me ha traído
de vuelta a «Feminismo vibrante. Si no hay placer no es nuestra revolución» de
Ana Requena Aguilar. En días en los que los feminismos parecen una guerra abierta desde
la rabia y el resentimiento (justificado) tras siglos de tropelías contra las
mujeres, Requena viene a recordarnos que es posible cambiar el mundo desde el
amor, que otra manera de hacer es posible y que reivindicarnos en el placer es
también hacer, y hacernos, justicia.
«Existe un conflicto que tiene que ver con la manera en que
históricamente se ha construido la masculinidad y la feminidad, las relaciones
sexoafectivas y el poder».
«Queremos cambiar normas no escritas, hacer política de la
intimidad».
«¿Es que no hay pilas suficientes para el reloj biológico y
para los vibradores al mismo tiempo?»
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«Caliente» Luna Miguel Editorial Lumen 192 páginas |
En «Caliente», Luna de Miguel pone más su cuerpo y su mente
dentro del relato, mezcla el ensayo con sus propias vivencias, expone sus dudas
y sus miedos con valentía, y ahonda en las mismas cuestiones que Tenenbaum y
Requena, en este caso mezcladas con reflexiones sobre la escritura en primera
persona como medio y como fin para exorcizar los dolores de amar y vivir.
«¿Qué es más humillante, narrar el dolor, o narrar el
placer?»
«Reflexionar sobre el amor plural, sobre la crianza o sobre
el placer en solitario a veces nos lleva a escenarios que nunca habíamos
imaginado para nosotras».
«Confundimos el relato de la vulnerabilidad con la
exhibición. Y si a la vez ese relato lo ha gestado una mujer, con la
degradación».
«Escribir diciendo cosas que hacen daño, con la intención de
que nunca más duelan».
«El desconocimiento del cuerpo es un mecanismo de opresión
para cualquier mujer. […] También es vergonzoso que hasta 1998 no se empezara a
estudiar la anatomía completa del clítoris».
«La fealdad es un mecanismo de opresión, y la cultura que
consumimos, una muestra de ello».
«¿Cómo reconciliar el deseo de ser mujeres físicamente
libres con el deseo de ser deseadas?» (Alma Gullermoprieto)
«La labor de la mujer consistirá en personalizar e
individualizar el erotismo, vinculándolo a la emoción, al amor». (Anaïs Nin)
«Las madres también gozan». «Las madres también follan».
«Las madres también se tocan». «Las madres también desean». «Las madres también
engañan».
«Cuánto sentimiento de culpa al abrazar aquella noche en
Alcalá de Henares a mi hijo recién dormido, con el olor del sexo de otro hombre
muy distinto a su padre agarrándose a mi corazón».
«Una de las preguntas más torpes que yo me hacía al comienzo
era esta: ¿de verdad es posible amar a más de una persona? Luego todo, cambió:
¿de verdad habéis sido capaces de reprimir vuestro deseo durante tanto
tiempo?».
«Soñamos con un mundo en el que nadie tenga ni voz ni voto
sobre tus elecciones vitales, o sobre quién decides amar, o sobre cómo eliges
expresar ese amor, excepto tú y tus amantes». (Dossie Easton y Janet W. Hardy)
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«Pensamiento monógamo, terror poliamoroso» Brigitte Vasallo Editorial La oveja roja 220 páginas |
Y como siempre que repaso lecturas feministas y alternativas
al amor romántico, acabo en Brigitte Vasallo. Si las tres anteriores lecturas
lanzan la piedra del poliamor al río de la reflexión, la Vasallo hace que la
piedra salte y salte sobre el agua sin llegar a hundirse. Su libro «Pensamiento
monógamo, terror poliamoroso» es una lectura obligada
para todas las que desde el feminismo creemos en otras formas de construir
relaciones. Como el libro de Tenenbaum, a la Vasallo se la lee con lápiz
afilado para subrayar y asintiendo con la cabeza. Leerla es entender por qué
estamos dónde estamos como sociedad y sobre todo, por qué queremos ser parte de
la disidencia. En el cansancio de los días, cuando la corriente empuja
demasiado, releer a estas mujeres ayuda a saltar de nuevo sobre al agua y
seguir remontando el río, a contracorriente.
«El imaginario es tan potente, que no alcanzamos ni a
plantearnos que lo disfuncional es el sistema y no nosotras».
«Desmontar la monogamia es desmontar el sistema piramidal».
«El discurso neoliberal propone las relaciones no-monógamas
como quien vende cachivaches en una feria de telefonía móvil […] Felicidad de
supermercado. Mucha libertad y pocos cuidados […] Mucho de lo de siempre
disfrazado de otra cosa».
«La posibilidad de alternativa al sistema monógamo no va de
ligues y noviazgos, sino de colectivización de los afectos, de los cuidados, de
los deseos y de los dolores».
«La monogamia no se desmonta follando más, ni enamorándose
simultáneamente de más gente, sino construyendo relaciones de manera distinta
que permitan follar más y enamorarnos simultáneamente de más gente sin que
nadie se quiebre en el camino».
«Vamos a soñarnos con intensidad. Vamos a incomodarnos.
Vamos a ver hasta qué punto somos capaces de pensarnos radicalmente».
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«La mejor madre del mundo» Nuria Labari Editorial Random House 224 páginas |
La última pregunta que se hace Tamara Tenembaum en el libro,
y un muro contra el que chocamos en uno u otro momento todas las mujeres, es la
maternidad. He vuelto aquí al mejor libro que he leído sobre el tema (quizá
junto a «Nadie me dijo» de Hollie McNish: «Me siento culpable en todo lo que se
relaciona con ser madre. Me desperté esta mañana sintiéndome culpable. He
estado fuera una noche. Una noche. Me siento libre y culpable. ¡Libre, libre y
culpable!»): «La mejor madre del mundo» de Nuria Labari. El libro es una
delicia de principio a fin y tiene perlas como estas:
«Deseo. Tener. Hijo. Tres palabras. Deseo + tener. ¿Cuánto
resta el verbo tener al mejor de los deseos? […] Deseo + hijo = Problema.
Porque un deseo cumplido es un deseo acabado».
«Me pregunto quién demonios descansa en el último castillo y
sólo espero que no sea una mujer dormida a la que un hombre decida besar sin
pedirle permiso con la excusa de despertarla. Tampoco quiero besarla yo. Donde
quiera que vayamos, espero encontrarme con una mujer por fin despierta. O yo
misma la mataré con mis manos».
«La música amansa a las fieras y la maternidad a las
hembras».
Cada libro me lleva a otros libros, cada mujer a otras
mujeres. Quizá no podamos reescribir la historia, pero sí contarla a partir de ahora.
Y no sólo eso: Podemos decidirla, a nuestra manera. Acabo citando a Audre Lorde,
que creo que aparece en prácticamente todos los libros que he citado yo hoy: «Las
herramientas del amo nunca desmontan la casa del amo». Seamos la herramienta
del cambio.
23/4/21
«A pesar de la lluvia» en Libreramente
Anunciar en el día del libro la presentación del mío en una librería me parece un sueño. Hay una bola negra dentro de mí que atasca las palabras cuando intento contarlo. Pero es real. Porque ya hay fecha. Hay lugar. Y hay mucha ilusión y mucha emoción en el pequeño evento que estamos preparando. Con la ayuda de Enya de Libreramente, y al calor de ese rincón tan precioso que ha creado en su librería, el 8 de mayo leeré algunos de mis poemas y compartiremos fotografías de mi fotopoemario «A pesar de la lluvia».
Las plazas serán muy limitadas, debido a la pandemia. Para inscribirse, hay que mandar un email a libreria.libreramente@gmail.com. Será una presentación pequeña, pero estamos poniendo todo el corazón en que sea grande para quienes queráis acompañarnos.
22/4/21
«Humo», de José Ovejero [mis lecturas]
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«Humo» José Ovejero Editorial Galaxia Gutenberg 144 páginas |
19/4/21
«Memoria de chica», de Annie Ernaux [mis lecturas]
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«Memoria de chica» Annie Ernaux Editorial Cabaret Voltarire 208 páginas |
25/3/21
el fin del amor [poemas]
construyes una coraza y asumes
que no dejarás que nadie vuelva a llegar
hasta ese corazón roto.
Además, quién querría besar una cicatriz.
Lloras durante más días de los necesarios,
te guardas luto.
Crees, de verdad, que es definitivo
ese fin del amor.
La última, tan solo guardas silencio y esperas.
No hay lágrimas eternas, ni coraza.
Sonríes cuanto puedes,
abriendo mucho la boca,
para que se vea bien la herida.
Ahora lo sabes.
Quién querría que la besaran ignorando su cicatriz.
23/3/21
autoconfinamiento [fotografía]
23/2/21
«La vegetariana», de Han Kang [mis lecturas]
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«La vegetariana» Han Kang Editorial :Rata_ 240 páginas |
El concepto «devorar» un libro se inventó para lecturas como esta. Desde el inicio, la historia y la forma de exponerla te atrapa. Se lee con extrañamiento, sin entender muy bien lo que sucede y con curiosidad creciente por entenderlo.
El libro está dividido en tres bloques y está narrado desde distintas voces para relatar una historia única, dura, desasosegante y altamente cautivadora. Kang se sirve de un hecho aparentemente trivial, la decisión de la protagonista de dejar de comer carne, para hundirse en una historia profunda. El tema al que apunta el título, la vegetariana, es tan sólo la punta del iceberg.
Hay un velo oscuro que cubre la obra, como la historia familiar que retrata. Una historia de secretos, de dolores, de represión y de miedo buscando salida. Y con todo ello, hay belleza. Hay pasajes brutalmente poéticos, eróticos, y asfixiantes hasta la náusea. Kang consigue, con un lenguaje preciso y diálogos directos, provocar sensaciones físicas al lector, a quien mantiene en un deslizamiento constante entre la atracción y la repulsa.
Cuando cerré el libro tras acabarlo y apagué la luz, todas esas sensaciones se quedaron conmigo. Como a la protagonista, me costó conciliar el sueño. Tengo la certeza de que, aunque el paso del tiempo desdibuje los detalles de la trama, todo lo que ha removido en mí el libro, me acompañará siempre.
¿Hasta dónde somos capaces de llegar para escapar del sistema? Somos la única herramienta de la que disponemos para cambiarlo. «La vegetariana» no deja espacio para la duda. A veces, no deja ni siquiera espacio para respirar.
14/2/21
«Comer es un acto político», de Alain Ducasse y Christian Regouby [mis lecturas]
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«Comer es un acto político» Alain Ducasse y Christian Regouby Editorial Txalaparta 168 páginas |
Para rematar, todo lo que huele a libro de autoayuda, a mensajes happy y a mantras del tipo “si quieres, puedes” me ponen definitivamente en pie de guerra.
«Comer es un acto político» es un libro sobre alimentación, escrito por un chef de fama mundial, que comienza con un momento de clarividencia del autor, tras un dramático accidente al que consiguió sobrevivir. A mí me saltaron todas las alarmas nada más empezar. A punto estuve de cerrarlo y no seguir.
«La vida es demasiado corta para conformarse con lo tibio y lo anodino. Quiero saborearla con todo mi ser».
Pero hay algo en la forma en que Ducasse se expresa que me impidió abandonar… Está realmente comprometido con lo que relata, y se nota. No es una pose, es alguien que está preocupado genuinamente por cambiar el mundo, desde su parcela, que es la de la comida, y quiere hacerlo desde la alegría de vivir. Reconozco que según avanzaba el libro dejé de negar con la cabeza con una ceja elevada, para asentir y sonreír.
Dice en las primeras páginas del libro Ducasse una frase que yo suelo utilizar: «No creo en Dios, creo en el ser humano». Ducasse es un gran humanista y defiende una gastronomía humanista, en el fondo y en la forma. Respetuosa con el medio ambiente, pero también y sobre todo con las personas. Habla de comer, pero habla sobre todo de vivir, de convivir, de ser mejores y de hacer mejores las vidas de los demás.
Nos conmina a empoderarnos, a hacer valer nuestra capacidad para elegir un nuevo régimen alimentario, a no permanecer pasivos ante el influjo de la sociedad de consumo.
Hace reflexiones sobre alimentación que se pueden aplicar a cualquier faceta de la vida. Por ejemplo, hablando sobre comer de una forma consciente, nos recuerda la importancia de poner el foco y la atención en lo que estamos haciendo en cada momento, en vivir el momento presente. Algo tan obvio, que se está perdiendo en medio de la velocidad y la multitarea a las que nos sometemos a diario. Es primordial el ejercicio de conciencia al que nos remite Ducasse: «Degustar significa dejar de hablar durante un momento, existir en el instante actual, ser consciente de lo que te rodea y de lo que vas a llevarte a la boca, despertando todos tus sentidos».
«En estos tiempos oscuros, hablar de rituales, de la alegría de vivir, de desenfado, de optimismo y de placer». Esta frase contiene la esencia de la forma de hacer de Ducasse y a mí me ha conquistado. Me ha gustado conocerlo y me ha gustado el libro, porque es de esos de los que una sale diferente a como entró.
«Actuar está al alcance de todos nosotros, de manera cotidiana, desde el momento en el que nos convencemos de que es posible cambiar el mundo. No podemos optar por no hacer nada».
27/1/21
renacida [poemas]
22/1/21
«Tea Rooms. Mujeres obreras», de Luisa Carnés [mis lecturas]
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«Tea Rooms. Mujeres obreras» Luisa Carnés Editorial Hoja de Lata 256 páginas |
Así habla Luisa Carnés a través de la reflexión de uno de sus personajes, femeninos en su mayoría, de esta novela coral y social. Ahí se posiciona, en ese cierto orgullo de quien pasa dificultades en la vida y lucha por salir adelante. Carnés habla desde la clase trabajadora para la clase trabajadora.
«Aquí, las únicas que podrían emanciparse por la cultura son las hijas de los grandes propietarios, de los banqueros, de los mercaderes enriquecidos; precisamente las únicas mujeres a quienes no les preocupa en absoluto la emancipación, porque nunca conocieron los zapatos torcidos ni el hambre, que engendra rebeldes».
Y no sólo habla como clase trabajadora, habla como mujer para las mujeres. Quizá por eso me ha gustado el libro, porque impacta directamente en mis bases, porque interpela a mi orgullo de clase y a mi conciencia feminista. Impacta en mis bases y las hace tambalearse: Han pasado 87 años desde la publicación de «Tea Rooms» y sigue dolorosamente vigente.
Carnés hace un retrato al óleo de la sociedad de su época, sirviéndose del reducido espacio de la sala de té donde entran, salen, viven, sufren, sueñan e incluso mueren sus personajes: Los albores del sindicalismo, la lucha obrera, las desigualdades sociales, la precariedad, el hambre, las reducidas opciones vitales de las mujeres (matrimonio, convento, trabajos decorosos y sacrificados, prostitución), los abortos ilegales, la determinación de algunas personas por salir adelante, la mezquindad de otras.
Con un manejo del lenguaje exquisito y vanguardista (al que le reconozco el valor, pero que ha sido lo que menos me ha enganchado del libro), «Tea Rooms» es un relato costumbrista. Como en una función de teatro, nos asomamos a lo que ocurre en ese salón de té durante un tiempo breve; la acción está iniciada cuando se abre el telón y continuará cuando se cierre. Y nos dejará, o nos dejará sólo a quienes compartimos las mismas bases, un puñado de buenas reflexiones dando vueltas en nuestras cabezas.
«¿Hasta cuándo? ¿Es que «esto» va a ser eterno? ¿Esta lucha del hombre contra el hombre, del hermano contra el hermano?»
Reflexiones vitales y la pesada sensación de que la sociedad ha evolucionado mucho pero no ha cambiado tanto. Las dimensiones de los «salones de té» en los que estamos encerradas hoy en día son mayores ya para muchas, pero el encierro continúa.
«Ahora, ante la mujer se abre un camino nuevo… […] Ese camino nuevo, dentro del hambre y del caos actuales, es la lucha consiente por la emancipación proletaria mundial».
«¿Cuándo será oída su voz?» Una última pregunta para cerrar el libro, que sigue en el aire. La suya, la de Luisa Carnés, al menos, ha dejado de estar silenciada. Mujer y republicana, exiliada tras la guerra, el peso de la historia escrita por los vencedores en masculino, la sepultó. Hacer justicia es reivindicarla, leerla, incluirla como se merece en la historia de nuestra Literatura.
21/1/21
«Un río en la oscuridad. La huida de un hombre de Corea del Norte», de Masaji Ishikawa [mis lecturas]
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«Un río en la oscuridad. La huida de un hombre de Corea del Norte» Masaji Ishikawa Editorial Capitán Swing 176 páginas |
«Un río en la oscuridad» son las memorias de Masaji Ishikawa, en las que relata las penurias que atravesó su familia a su llegada a Corea del Norte, y su posterior huida. Unas memorias que suenan lejanas, antiguas, como algo que debería haber quedado atrás en nuestra sociedad civilizada. La crudeza de la historia y su vigencia te confrontan con la desigualdad de la sociedad en la que vivimos, con la ruindad del género humano al que pertenecemos.
«Me recordó en qué consistía el ser humano. Y acabé por reconocer que, con independencia de lo complicada que fuese la realidad, no debías dejarte vencer. Tenías que mantener una voluntad fuerte. Tenías que evocar lo que en el fondo de tu ser sabías que era lo correcto y actuar en consecuencia».
Es un libro que te hace ir más allá de su lectura. Tanto en reflexión interna (sobre lo que somos, lo que somos capaces de hacer, lo que significa realmente la palabra resiliencia), como en búsqueda de información externa. Si llegas al libro, como en mi caso, con muy poco conocimiento de la historia de Corea, sientes inevitablemente la necesidad de leer más, de saber qué ocurre, de posicionarte.
«La metimos en el ataúd. Intenté cerrar la tapa con un martillo, pero los estúpidos clavos eran de mala calidad y no entraban rectos. Para mí, eso lo decía todo».
No es una historia con final feliz, como no lo es la propia historia del país, pero merece la pena ser leída y difundida. Las voces silenciadas de quienes han vivido y viven, como Ishikawa y su familia, el horror de un régimen totalitario y devastador, lo merecen.
20/1/21
«Hôzuki, la librería de Mitsuko» de Aki Shimazaki [mis lecturas]
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«Hôzuki, la librería de Mitsuko» Aki Shimazaki Editorial Nórdica Libros 128 páginas |
Suelo subrayar frases cuando leo. Las especialmente bellas, las que me hacen reflexionar, las que me generan rechazo. No hay ninguna subrayada en «Hôzuki, la librería de Mitsuko». Entre por la primera página, salí por la última y cerré el libro. La historia engancha, está bien escrita, está bien resuelta. Se lee del tirón. El relato te va llevando de la mano y atando los cabos sueltos, sorprendentes en un inicio, previsibles al final.
La maternidad, la adopción, los lazos familiares: Shimazaki se sirve de la trama para tocar temas profundos, sin profundizar en ellos. Describe de una forma muy aséptica, precisa, y a la vez muy bella, la historia de los personajes y sus relaciones, y deja al lector el peso de la reflexión sobre todo lo que no se nombra.